Parásitos afectan a salud humana y a la del ganado

La Unidad de Parasitología, Medicina Tropical y Medio Ambiente del Instituto de Investigación en Salud y Desarrollo (Iinsad), dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), señala que niños de cuatro municipios tienen parásitos intestinales y también el ganado.

La aseveración se desprende de los resultados del Proyecto de investigación e interacción social “Evaluación epidemiológica y manejo integrado de las Zoonosis parasitarias prevalentes en el Altiplano Norte de La Paz”, financiado con fondos IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos) a través de la “V Convocatoria de Proyectos Concursables 2013-2014”, del Departamento de Investigación, Postgrado e Interacción Social (Dipgis), cuyo informe se presentó el 12 de diciembre de 2016.

ESTUDIO

El estudio abarcó 17 comunidades de los municipios de Batallas, Pucarani, Laja y Tiwanaku, y se tomaron 1.074 muestras de heces humanas (la mayor parte de escolares), para investigar fascioliasis y otras parasitosis digestivas; 690 muestras de sangre (la mayor parte de adultos) para investigar hidatidosis y cisticercosis humanas; 659 muestras de heces de ganado (bovinos, ovinos, cerdos y camélidos) para investigar fascioliasis y 131 de perros para investigar la presencia de Echinococcus granulosus, parásito responsable de la hidatidosis o quistes hidatídicos en humanos y otros mamíferos.

“Nuestros estudios han demostrado que casi todos los niños tienen parásitos intestinales, aunque la mayoría no causan enfermedad, pero son indicadores de que hay contaminación fecal. Casi cuatro de cada 10 niños albergaban parásitos que causan enfermedad (patógenos), por lo que la mayoría recibió tratamiento antiparasitario, en coordinación con el Programa Nacional de Zoonosis del Ministerio de Salud, Sedes La Paz, personal de salud de las comunidades estudiadas y en ocasiones con el municipio”, informó el doctor Eddy Martínez, director del Iinsad y Coordinador del Proyecto.

Se ha identificado infección por Fasciola hepatica (t’alpha laq’u en aymara) en menos del 10% de los niños estudiados, lo que muestra una notable disminución de la infección en humanos, respecto a datos del pasado, a pesar de que todavía existe alta prevalencia en alguna comunidad estudiada, indicó Martínez.

Señaló que esa disminución podría deberse a que desde hace varios años, el Sedes La Paz, en coordinación con el Ministerio de Salud y con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), administra tratamiento masivo contra Fasciola hepatica (Triclabendazol) a los habitantes del Altiplano Norte de La Paz, principalmente a niños.

Pero el motivo principal sería la disminución de los factores de riesgo asociados a la contaminación, por la ingesta de agua y vegetales contaminados, producto del desarrollo local y regional, dado que actualmente la gran mayoría tiene acceso a agua potable y la población no tiene hábitos de consumir vegetales acuáticos, resaltó.

No obstante, explicó que esto a la vez contrasta con una alta frecuencia de otros parásitos intestinales que se transmiten por contaminación fecal, que no requiere de la participación de hospedadores intermediarios, como es el caso de la fascioliasis, que necesita indispensablemente del desarrollo del parásito en caracoles.

OTROS RESULTADOS

En esa línea, Martínez destacó otro resultado muy importante, que es la presencia de fascioliasis en más del 65% del ganado y en algunos lugares hasta del 100%. Así estos resultados muestran las más altas prevalencias de infección en ganado de diferentes especies y de diferentes localidades, producto de un solo estudio.

Esa enfermedad en animales es un indicador de que no se han desarrollado intervenciones efectivas sobre la fascioliasis en el ganado y menos sobre la transmisión. Esto permite estimar que las pérdidas económicas de la fascioliasis sobre la producción ganadera alcanzarían a alrededor de 10 millones de dólares, en este momento, tomando en cuenta solamente el decomiso probable de hígados y la disminución promedio en la producción lechera en las Provincias Los Andes e Ingavi, indicó.

En ese marco, para una cuantificación de las pérdidas reales, agregó que también se debería considerar las pérdidas en la producción de carne y en la cantidad/calidad de lana cuando corresponda, tomando en cuenta todas las especies y la mortalidad del ganado.

CISTICERCOSIS

También muestran resultados sobre una prevalencia de cisticercosis humana de casi 3% y más de 6% de hidatidosis, lo que a pesar de no ser aparentemente muy elevadas, constituyen altas prevalencias según la OPS/OMS y estarían indicándonos que solamente en los municipios estudiados alrededor de 2.400 personas tendrían cisticercosis y más de 5.000 hidatidosis, todos requerirían exámenes costosos para su confirmación, como radiografías, ecografías, tomografías o resonancia magnética nuclear, dependiendo del caso.

Por lo tanto, eso implicaría costos muy importantes relacionados al diagnóstico, tratamiento y manejo, sin olvidar que pueden ser causa de enfermedades graves y muerte. La cisticercosis es la principal causa de epilepsia en humanos. Estos datos actualizados podrán ser insumo para que se definan políticas públicas sobre estas enfermedades y, de hecho, el proyecto realizó intervenciones basadas en el tratamiento dirigido de los casos detectados de fascioliasis y parasitosis intestinales.

Además, elaboró material educativo y 3 videos para la prevención de esas enfermedades, que serán distribuidos gratuitamente en las unidades educativas y organizaciones sociales del altiplano norte de La Paz, cumpliendo así los objetivos desde la investigación, pasando por la interacción social y el tratamiento de casos, hasta la intervención para la prevención de estas enfermedades.

Este es un ejemplo de cómo la Universidad Mayor de San Andrés y sus centros de investigación, mediante un trabajo colaborativo y coordinado con instituciones dependientes del Gobierno central, gobierno departamental, autoridades municipales, organizaciones civiles y sociedad pueden contribuir al conocimiento de la realidad nacional y a la generación de conocimiento científico necesario para definir políticas públicas útiles al país y sus habitantes.