Por baja autoestima se vive con várices

Parte de la idiosincrasia del boliviano se ve reflejada en su impuntualidad por lo que surge la conocida “hora boliviana”, como este ejemplo existen varios que se aplican al estatus que cuanto más se ostenta tener se tiene un mejor estilo de vida y muchas veces esto no va de la mano con la salud, que queda rezaga en último lugar.

“Pienso que la falta de autoestima comienza en el hogar cuando se le da mayor importancia a lo material y aparente, más que a los valores propios de uno mismo, que entre otros aspectos incluye el cuidado personal, existe algo de descuido que se nota incluso en la higiene cuando se ve una cabellera sin brillo, porque no está bien lavada”, recuerda el flebólogo Luis René Arias Villarroel.

El profesional asegura que si se parte de situaciones tan pequeñas como las arriba mencionadas, tenemos que la salud queda relegada a un último lugar y que, muchas veces teniendo los medios necesarios para solucionar el problema, las personas se resignan a vivir con várices o úlceras en etapas muy avanzadas y peligrosas.

“Las personas que tienen várices dejan que estas avancen y luego se conviertan en úlceras y cuando están a punto de apuntar sus piernas recién buscan una solución para su problema, esta mentalidad debe cambiar en Bolivia, todo puede ser curado si recibe un tratamiento oportuno”, enfatiza Arias.

Según el especialista, cada departamento tiene su particularidad, en La Paz las personas son menos cuidadosas de su aspecto externo que en Cochabamba o Santa Cruz, donde el mismo clima les obliga a utilizar menos prendas y a lucir una figura más estética que forma parte de su idiosincrasia.

“Otro ejemplo está en la odontología muchos tienen los dientes en mal estado y chuecos, pero no le presta atención hasta que les duele. Y sucede que cuando uno quiere dar un consejo se ofenden, porque lo toman de manera negativa, siendo que es algo en beneficio de ellos. Lo mismo recomiendo al personal con el que trabajo que al cuidar su presentación personal están cuidando la imagen de la clínica”, dice Arias.

El flebólogo considera que la autoestima está ligada con el cuidado de la imagen que tiene cada persona y esto no solo sucede en Bolivia. Sin ir muy lejos, cuando uno hace escala de 8 horas en el aeropuerto de Bogotá (Colombia) hay un bus que te transporta al centro donde se ve personas que parecen modelos, incluso el que pide limosna está aseado.

“Los bolivianos tenemos una raza muy linda que si no se cuida no se observa esa belleza y esto puede ser resumida en: cuidados personales y buena autoestima. Si tenemos ambas no quedará espacio para la depresión, en su lugar se dará paso al optimismo que motiva a embellecer, a ir al gimnasio y al médico para mejorar la calidad de vida”, explica el especialista.

El tener una buena autoestima es determinante para tener una buena salud. Incluso a nivel familiar puede ser una causa de divorcio, porque muchas veces cuando la mujer o el varón está de novio se arregla más, pero en cuanto se casa se descuida y deja de cuidar esos detalles que enamoraron a su pareja.

“Si se tuviera un cuidado especial con todos los aspectos, comenzando por la higiene, pasando por la ropa, la dieta, el ejercicio y la salud, se evitaría que muchas personas vivan en un estado depresivo y de tristeza resignados a sobrellevar un problema de salud que puede ser solucionado rápidamente”, recalca Arias.

El flebólogo indica que en el caso particular de las várices existen algunas que no se presentan con síntomas, tampoco se notan a simple vista, y al no doler, causar cansancio o adormecimiento pasan desapercibidas y en otros casos se les resta importancia dejando pasar muchos años antes de hacer algo al respecto.

“Hay várices que causan molestias duelen, se adormecen y provocan pesadez al caminar, pero las personas prefieren vivir con este dolor por años e incluso se acostumbran a esa vida incómoda. En las campañas realizadas en varios departamentos se detectó várices en un 60% en mujeres y 40% en varones, estos últimos en casos graves con las piernas totalmente negras y sin poder caminar”, recuerda Arias.

El flebólogo puso como ejemplo México que incluye en su Seguro Social y Cajas Federales en consulta externa y clínicas el tratamiento de las várices con escleroterapia, kinesiotaping y elastocompresión en forma gratuita, porque su gobierno asume que se trata de un problema de salud pública que puede solucionarse.