EL TSE y su responsabilidad histórica

En anteriores oportunidades se ha estado insistiendo en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) exprese su pronunciamiento en torno al Referéndum 21F de conformidad a la autoridad que le ha sido otorgada por la Constitución Política del Estado, la cual se encuentra vigente por sobre cualquier otra norma, conforme el Art. 410 y el mandato de sus artículos 206 y 208.

Ninguna presión ni imposición puede ser superior a las disposiciones señaladas y el TSE por el honor, la dignidad y la responsabilidad que le han sido confiadas, debe despejar la nebulosa que están creando en el país algunas agrupaciones políticas que consideran que la Constitución y las leyes son simples papeles que se los puede manejar arbitrariamente, pese a que el gobierno es el autor de haberla entregado al país para que todo el pueblo boliviano, los de arriba y los de abajo, la cumplan como documento normativo de la vida institucional de Bolivia.

El TSE en esta hora de gran confusión tiene que dejar atrás sus dudas y vacilaciones en cuanto a dar a conocer la legalidad del Referéndum 21F. ¿Acaso el TSE actual no organizó, ejecutó y recogió los resultados de esa consulta ciudadana? ¿Fue o no la instancia que superviso y valoró sus resultados? ¿Esa consulta electoral ratificó o no el voto ciudadano conforme al Art. 11 num. 1 y el Art. 26 num. 2 de la Constitución?

¿Cómo puede ser posible que se ignore lo que dice la propia ley del Régimen Electoral: “Las etapas y los resultados de los procesos electorales, referendos y revocatorios de mandato no se los revisará ni repetirá”?

¿Cómo puede ser posible que los miembros del TSE no conozcan el pronunciamiento del magistrado Rudy Flores, el cual afirmó que “El Tribunal Constitucional Plurinacional no puede pronunciarse dos veces sobre el mismo tema, como la reforma parcial de la Constitución para ampliar la reelección Presidencial, porque el año pasado ya emitió su fallo”.

El vicepresidente García Linera tratando de negar legalidad y legitimidad al Referéndum 21F ha señalado que su vigencia sería una demostración de tipo dictatorial. ¿Acaso no son dictadores los que presumen de ser fervientes demócratas cuando en la realidad pretenden pisotear los mandatos de la Constitución y las leyes? ¿Acaso el Vicepresidente puede ignorar que el pueblo boliviano no es una taifa cerril al cual se lo puede manejar a diestra y siniestra, cuando más bien se lo debe respetar por haberse pronunciado libre y soberanamente en un proceso que está permitido por la Constitución en su Art. 11?

¿El Referéndum 21F ha sido el producto de la chacota politiquera o ha sido el resultado soberano del pueblo?

Se pretende muy ligeramente y de manera infantil echar la culpa al imperio, a la derecha o al episodio pasional del caso Zapata por el resultado de NO en el Referéndum 21F, cuando nadie puede negar que el pueblo boliviano en su gran mayoría y en sus diferentes regiones tiene la suficiente inteligencia y es soberano para pronunciarse por todo aquello que más conviene a sus necesidades y a las de Bolivia para dejar de ser un país encuevado en el túnel de la pobreza, la miseria y el subdesarrollo.

Al TSE, en esta hora de confusión política, le corresponde salir de su sepulcral silencio. Otra actitud puede interpretarse como una prueba de que estuviera respondiendo a presiones políticas interesadas del oficialismo, lo que motivaría su descrédito y desconfianza en las delicadas funciones que le han sido otorgadas por la Constitución y las leyes.

¿Acaso los miembros del TSE no se despojaron de su militancia política, si la tuvieran, y más bien fueron electos por sus méritos personales de acuerdo con el párrafo IV del Art. 207 de la Constitución?

La Lic. Katia Uriona, Presidenta del organismo electoral, ha declarado públicamente que “se está trabajando para dar SEGURIDAD a la población sobre la administración de los diferentes procesos electorales y referendarios”. El vocal del TSE José Luis Exeni ha señalado que “se está también tratando los procesos sustantivos”. Es de esperar que entre ellos se encuentre el Referéndum 21F para establecer la tranquilidad y la paz que necesita este país para buscar su mejor destino.