Bach en un concierto en la catedral

A veces nos informamos muy circunstancialmente de algún acontecimiento. Esta vez, en EL DIARIO del 14 de enero leímos acerca del concierto del Grupo Sinfonik, de música de Sebastián Bach, bajo la Dirección del maestro Gastón Arce y como concertino la Srta. Andrea Benavides. La obra musical fue dedicada a la Reforma Protestante que se inició en el Siglo XVI con Martín Lutero (1483-1546). Previamente el Obispo y el Embajador de Alemania hicieron la presentación del concierto, una muestra de tolerancia religiosa que es necesario resaltar, pues conocemos la importancia de ese movimiento que provocó un cambio profundo en los usos y costumbres de la Iglesia católica y en la cultura general europea.

El evento atrajo a mucha gente al templo, que no dio cabida para una persona más.

Grande fue nuestra emoción y admiración al escuchar, en el inicio del programa, el Concierto para violín y orquesta Nº 1, actuando como solista Gabriel Bilbao. Fue emocionante escucharlo, porque siendo aprendiz lo habíamos ensayado con el violinista José Salvatierra, quien, lamentablemente, emigró a los EEUU y supe, por él mismo en uno de sus viajes, que había dejado el instrumento, siendo, como era, un aventajado y afinado violinista.

Prosiguió el magnífico concierto con ese bello concierto para dos violines y orquesta en re menor, magníficamente interpretado por Alexander Lapich y Casandra Urquidi, que tuvieron una buenísima actuación. Recordemos que el año pasado, cuando Jaime Laredo visitó el país, en un Programa de Bolivia Clásica nos obsequió este doble concierto con la Orquesta que está formando esta Fundación.

Siguió con tres corales de Martín Lutero, en versión instrumental de Gastón Arce.

Cuando esto concluyó, luego de un paréntesis de silencio, la iglesia retumbó con el sonido del órgano de la catedral, tonante y sonante que repercutió en las amplias bóvedas del templo con toda su magnificencia, dejando asombrado al público que se tornaba hacia donde salían las solemnes notas del enorme instrumento. Sachico Sakuma fue aplaudida con caluroso entusiasmo.

Seguidamente se presentó la Suite Nº 2 para flauta y orquesta en sí menor, bellísima composición de Bach, con el solista José Antonio Bravo, para concluir el evento con el Concierto Brandenburgués Nº 4 para dos flautas y violín, en sol mayor.

Un concierto que debe ser calificado como hermoso, dejó satisfecho al numeroso público que colmó la Catedral Metropolitana de La Paz.

Fue un comienzo musical extraordinario del presente año, con un magnífico y difícil programa que nos demuestra el talento de nuestra juventud, que nos da mucha satisfacción. Jóvenes músicos surgen con propio esfuerzo. Estos logros deben mover a los gobernantes a no desperdiciar esa vocación por la música clásica y prestar apoyo a la actividad artística que, no sabemos cómo, surge dinámica y entusiasta.

Felicitaciones a los promotores de tan brillante concierto.

bdlarltd@hotmail.com