Los discípulos tenían multitud de preguntas
que hacer acerca de Dios.
Les dijo el Maestro “Dios es el Desconocido
y el Incognoscible. Cualquier afirmación
acerca de Él, cualquier respuesta a las preguntas de ustedes,
no será más que una distorsión de la Verdad“.
Los Discípulos quedaron perplejos: “Entonces,
¿por qué hablas sobre Él?”
“¿Y por qué canta el pájaro?”, respondió el Maestro.
El pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer.
Canta porque tiene un canto que expresar.
Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del Maestro no tienen que serlo. Tan sólo tienen que ser escuchadas, del mismo modo que uno escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del pájaro, que despiertan en quien lo escucha algo que está más allá de todo conocimiento.
Anthony de Mello