Chile: nuevas “perlas” diplomáticas

El castigo del mentiroso no consiste en absoluto en que no sea creído, sino en que él no le puede creer a nadie más.- George Bernard Shaw.

Chile tiene “estudios propios” para probar que el Silala es un río internacional, manifestó recientemente Ximena Carolina Fuentes Torrijos, nombrada agente representante de aquel país para encarar ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya el tema de las aguas de nuestros manantiales, sin tratar de fundamentar -desde luego- ni técnica ni científicamente aquella temeraria y extraviada posición.

Está claro que el exabrupto no tendría trascendencia ni consideración si la agente del discurso fuera una ciudadana común, pero dadas las actuales circunstancias, considerando además el currículum de la peculiar abogada designada, corresponde examinar la desatinada e inoportuna postura.

En principio, sería infantil persuadirnos de que la perspicaz jurista ignore y/o desconozca la naturaleza geográfica y jurídica de la cuestión; es simplemente que a la hora de salir en defensa de su “ideario vigente”, cualquier ciudadano chileno no dudaría en caer en aberraciones y absurdos porque la prioridad, en cualquier circunstancia, es su propio país.

Lo precedente, sin embargo, suma un nuevo eslabón en la cadena diplomática de fracasos del protectorado de O’Higgins, que revela definitivamente la patraña en la otrora eficaz diplomacia araucana, que concluyentemente (en opinión de expertos de la Unión Europea) no se aviene siquiera a una relación con sus vecinos en el marco del moderno Derecho Internacional, que le impide forjar además alianzas estratégicas, así sea para defender sus propios intereses, lo que lo ha convertido en un país “paria”.

Se confirma lo anterior en palabras del actual Ministro de Defensa chileno, al reconocer que su país “es un buen alumno, pero mal compañero”.

Pero entre otras “perlas” que acusan a la dama representante tenemos:

“Bolivia es un país vociferante”.

“Si perdemos en la Haya; me los rajo a todos”.

“La canalización (desvío) de las aguas del Silala por parte de “Chile tuvo el propósito de evitar la contaminación; porque el agua de territorio boliviano era para las locomotoras” (reporte chileno, 6 de enero de 2017).

“En su obsesión con los territorios bolivianos ricos en guano, salitre y cobre, Chile descuidó deliberadamente todo un territorio continental”.

“Cada vez que Chile va a un tribunal internacional los resultados son insólitos”, afirmó, olvidando que al calificar de “insólito” un posible fallo o sentencia adversa en la CIJ de La Haya ( presagiado por Chile) desconoce y soslaya las 117 sentencias de esta Corte a partir de su fundación, algunas de ellas apeladas, interponiendo recursos de enmienda o aclaración. Pero ninguna fue acusada de “insólita” o incongruente por los litigantes, al haberse limitado esta Corte a aplicar la equidad, ecuanimidad e imparcialidad en la aplicación de fallos, conforme principios señalados por el DIP.

Por último, Ximena Fuentes, agente de Chile para el caso del Silala, en sus desatinadas declaraciones soslaya interesadamente (en términos contenidos en el exhaustivo análisis del tema a cargo del investigador periodista compatriota Raúl Alcázar Machicado) que su país perdió por la razón más territorio que el que obtuvo por la fuerza.

El autor es abogado.

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