Municipios atraviesan por crítica situación

La crisis económica ha causado serios problemas a gobernaciones y municipios del país por el hecho de que han visto disminuidos sus ingresos debido a la baja de precios del gas. El IDH implicaba para ellos alguna seguridad para la realización de obras de infraestructura y atender otro tipo de obligaciones.

El gobierno, víctima también de la crisis económica, se ha visto constreñido a disminuir sus gastos, aunque ha tenido el fácil expediente de recurrir a préstamos foráneos para la cobertura de sus necesidades; consecuentemente, su situación es totalmente diferente a la de alcaldías y gobernaciones que, conjuntamente universidades públicas, han tenido que ajustarse a presupuestos restringidos.

Lo grave de esta situación es que ambas instituciones públicas no han sabido prever en el pasado las contingencias que pudiesen presentárseles: menor recepción de dineros por parte del TGN, disminución del IDH y no cobro de impuestos y gabelas que paga la colectividad. La carencia de previsión siempre es contraria a toda intención de realizar obras y, mucho más, a cubrir necesidades del diario vivir. Las alcaldías del país, con pocas excepciones, no tienen planificados sus sistemas de cobro de impuestos y es así que las ciudades del sector troncal no cobran todos los impuestos de bienes inmuebles porque no cuentan con los registros debidos; no realizan inversiones para mejorar el control de construcción de viviendas y mucho menos de edificios que tienen muchos pisos. Los trámites a realizarse en sus dependencias son morosos y los funcionarios se encargan de crear más trabas al margen de las legalmente vigentes.

Hay municipios que están endeudados con el exterior por préstamos logrados para la realización de obras que, en casos, nunca se realizaron; hay problemas graves con el aumento de burocracias insensibles que lo único que buscan es ganar dinero con un buen empleo y su trabajo es sino pésimo, de mala calidad. Se trata de una burocracia que ha sido contratada por “razones de partido” porque se cree, erróneamente, que el cargo público debe ser para beneficio del partido que esté en el gobierno central o en gobernaciones y alcaldías y, como sus titulares están supeditados al apoyo o no de los funcionarios, hacen que las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” tengan vigencia permanente.

Hoy, la situación de alcaldías y gobernaciones es crítica porque no cuentan con los recursos necesarios para atender obligaciones que en casos son perentorias y, como no tienen planificación alguna para lograr sus propios recursos mediante el cobro de impuestos, alcaldes y gobernadores recurren al lamento de no saber qué hacer ni qué caminos tomar para salir de situaciones críticas que tienden a hacerse crónicas. Estas autoridades deberían tomar conciencia de su realidad y, conjuntamente los Concejos, estudiar y buscar remedios a la situación; de otro modo, agravarán más su estado de inercia e ineptitud.