• La bióloga María René Vacaflores revela que en la fumigación de cultivos invadidos por langostas en Santa Cruz mezclaron dos clases de insecticidas de amplio alcance, que afectó también a otras especies de insectos, aves y peces, aparte de inutilizar los cultivos. Los químicos esparcidos como fipronil y cipermetrina pueden permanecer entre las plantas, la tierra y el agua por el lapso de tres a cinco meses.
La mezcla de dos clases de insecticidas de amplio alcance utilizado para la fumigación de más de cuatro mil hectáreas de cultivos en el Departamento de Santa Cruz por la invasión de las langostas, afectó también a otras especies de insectos, aves y peces, además de inutilizar las áreas, esta situación puede causar un desastre ambiental, sostuvo la bióloga María René Vacaflores, miembro de la directiva de la Sociedad Boliviana de Entomología.
Según el portal CienciaBolivia, la científica sostiene que los químicos esparcidos como fipronil y cipermetrina puede permanecer entre las plantas, la tierra y el agua por el lapso de tres a cinco meses, “agravando el problema ambiental”.
Asimismo, considera que se asumieron medidas muy drásticas y precipitadas, ya que dos de los componentes de la mezcla, sólo se emplean en emergencias epidemiológicas como la malaria o el mal de chagas. “Si bien se ha mermado en algún número los especímenes de la plaga, también se arruinaron los cultivos”.
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