“Los ejercicios de la felicidad”

Todo conocimiento puede ser ejercitado, repetido y ensayado hasta llegar a un dominio y a un aprendizaje completo que pueda llegar a ser asimilado por nuestra personalidad y por nuestra consciencia.

Al parecer, la mayor parte de los seres humanos estamos adiestrados para practicar la infelicidad, la negatividad, el sufrimiento interior, la mala voluntad y el aislamiento que nos impide pedir la ayuda necesaria para aprender el arte del mejoramiento personal, el arte de conocer y reconocer el poder de los pensamientos que si son destructivos, nos causan severos daños a nosotros mismos y a nuestra familia y por el contrario, si dichos pensamientos son positivos y constructivos, nos enseñan el camino de la felicidad, del bienestar y del mejoramiento personal.

Cuando mi esposa me preguntó en qué consisten los ejercicios de la felicidad, mi respuesta fue en palabra y acción: tomé sus manos y me puse a saltar diciendo “este es un ejercicio de la felicidad” y ese simple acto produjo su efecto, un ejercicio de la felicidad produjo sus respectivas sensaciones de felicidad.

La felicidad como sensación y como conocimiento tiene un ritmo determinado, y tienen sus palabras apropiadas y tiene una consciencia que aprende pues en la longitud de la vida, si vivimos sin aprender conocimientos nuevos cada día, conocimientos acerca de nosotros mismos, conocimientos acerca de los pensamientos y conocimientos acerca de los ejercicios mentales y físicos que nos enseñan y adiestran, si decidimos no aprender todo esto, nuestra vida se convierte en un simple proceso de vegetar o de experimentar el sufrimiento que conlleva la actitud de no tomar consciencia de que hemos venido a este mundo para aprender y para aplicar lo aprendido en nuestra experiencia personal entendiendo que la felicidad es un resultado que proviene de la práctica de la positividad, de la sinceridad, de la actitud correcta y veraz y de muchos otros valores que tenemos los seres humanos.

Usted querido amigo o usted querida amiga puede hacer su ejercicio de la felicidad aun estando solo o sola, nada impide que tome la decisión de ponerse de pie y de hacer unos cuantos saltos o brincos repitiendo:”este es un ejercicio de la felicidad” y comprobar el efecto inmediato y múltiple que se producen su cuerpo.

Así que ya lo sabe, puede tomar la decisión de hacer las veces que quiera o que lo decida dicho ejercicio e ir comprobando y auto observándose a sí mismo en cuanto a energía, en cuanto a bienestar y en cuanto a mejora de su carácter; nos vemos en el artículo de mañana.

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