Corea del Sur
• Ayer continuaron los disturbios entre simpatizantes y detractores de la expresidenta.
Seúl.- Grandes concentraciones y enfrentamientos violentos entre policía y simpatizantes de Park Geun-hye se repitieron ayer en Seúl, al tiempo que un tercer manifestante falleció por los disturbios ocurridos en la víspera, tras la destitución de la presidenta surcoreana.
En el centro de la ciudad, partidarios de la ya exmandataria lanzaron a primera hora extintores contra una comisaría en protesta por la histórica decisión del Tribunal Constitucional que el viernes acabó por unanimidad con el mandato de la conservadora Park.
Cuatro personas resultaron detenidas por este episodio, que arrancó aparentemente después que la policía decidiera reforzar el dispositivo de seguridad en torno a los seguidores de Park.
NUEVO FALLECIDO
Por otro lado, las fuerzas de seguridad confirmaron que una tercera persona falleció ayer por las heridas producidas cuando participaba en las protestas que se desataron el viernes en Seúl tras conocerse el dictamen del Constitucional.
El fallecido, un hombre de 74 años que murió en un hospital de Seúl después de haber ingresado inconsciente el viernes tras un enfrentamiento con policías, se une a los otros dos varones, de 72 y 66 años, que perdieron la vida a causa de unos disturbios que dejaron decenas de heridos.
Ante este panorama, 16.000 efectivos fueron ayer desplegados de nuevo en el centro de Seúl, que volvió a amanecer casi en estado de sitio en torno a la avenida Sejong, donde se volvieron a citar cientos miles de simpatizantes y detractores de la depuesta Park dejando patente la fractura que vive el país.
La avenida se erigió en una doble barricada que creó un tramo de unos 200 metros que sirvió para separar y actuar como “tierra de nadie” entre los dos bandos.
El contraste entre uno y otro lado de esta suerte de recreación funesta y en miniatura de la zona desmilitarizada que separa a Corea del Sur de su vecino comunista fue intenso.
PARTIDARIOS DE PARK
En el extremo sur de la avenida, en la plaza del ayuntamiento, se concentraron los seguidores de la presidenta Park agitando enérgicamente enseñas nacionales y de EEUU (socio militar del país asiático) y radiando himnos militares al grito de “¡Taegukki manse!” (¡Viva la bandera surcoreana!).
“Estamos muy enfadados (con la destitución de Park). Queremos respetar la democracia pero los comunistas en el sur se extienden como el cáncer”, explicó a Efe Kim Hyung-min, un carnicero jubilado que se citó con varios vecinos desde primera hora en la plaza.
No es ningún secreto que los seguidores de la mandataria destituida son en su mayoría mayores de 60 que crecieron en una sociedad marcada por el odio hacia el comunismo y el régimen de Pyongyang y que se declaran nostálgicos de la dictadura que encabezó el general Park Chung-hee, padre de la expresidenta, de 1961 a 1979.
Para ellos, el proceso contra Park ha sido una farsa orquestada por los partidos de izquierda y lo que califican como una “campaña de mentiras” de los medios de comunicación, tal y como se lee en las pancartas que tienen desplegadas.
BANDO CONTRARIO
El aire marcial del extremo sur de la avenida Sejong nada tuvo que ver con el ambiente familiar y festivo de la franja norte, la de la plaza Gwanghwamun, donde durante 20 fines de semana seguidos millones de surcoreanos se han dado cita para pedir el cese de la jefa de Estado después de que en otoño saltara a luz el caso “Rasputina”.
Discursos victoriosos y actuaciones musicales en el escenario instalado frente al palacio e Gyeongbukgung protagonizaron una velada en la que no faltaron los disfraces de pollo en referencia al mote de la expresidenta, cuyo apellido suena de manera muy similar a la palabra empleada en coreano para referirse a esta ave.
“Hemos venido a celebrar el fin del Gobierno corrupto”, cuenta con tono timorato un estudiantes de la Universidad de Seúl mientras sujeta con un compañero las pancartas que se han repartido entre los asistentes y en las que se leen mensajes como “Se ha hecho justicia” o es “Hora de ir a la cárcel, Geun-hye”.
Con su destitución, Park, a la que la fiscalía considera sospechosa en la trama de corrupción de la “Rasputina”, ha quedado despojada de su inmunidad, al tiempo que Corea del Sur está obligada a celebrar elecciones presidenciales en un plazo inferior a 60 días.
DESTITUCIÓN
El Tribunal Constitucional ratificó el viernes la destitución de la presidenta que aprobó el Parlamento el pasado diciembre.
La sentencia estableció que Park, de 65 años, vulneró la Carta Magna al permitir a su amiga Choi Soon-sil, de 60 y conocida como la “Rasputina”, entrometerse en asuntos de Estado y al confabularse con ella para extorsionar fondos a grandes empresas, entre ellas Samsung, la mayor del país.
La que fue la primera mujer en presidir Corea del Sur sigue sin pronunciarse públicamente desde que se conoció el veredicto y aún permanece en la Casa Azul (la residencia presidencial) “en estado de shock e intentando asumir lo que le ha sucedido”, explicó ayer un portavoz de su oficina a la agencia Yonhap.
La de Park ha sido la primera destitución de un jefe de Estado y el primer adelanto de los comicios presidenciales en el país desde que se volvieron a realizar elecciones democráticas en 1987. (EFE)
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