Premios Asturias alerta sobre “muerte evitable de 14.000 niños”

El misionero Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia (España), alertó en Valladolid de que cada año se producen “14.000 muertes evitables de niños” en Bolivia, considerado el segundo país más pobre de América después de Haití, y donde 700.000 menores trabajan porque no pueden ir a la escuela.

Castellanos, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, inauguró en Valladolid (centro noroeste de España) una exposición benéfica de su Fundación Hombres Nuevos, en la que participan 33 artistas, con el objetivo de recaudar fondos para el país boliviano.

El veterano religioso manifestó que el 27 por ciento de la población de este país pasa “hambre severa” y que un euro en España “allí se multiplica por tres” y permite ayudar a más personas.

La Fundación Hombres Nuevos, que cumple veinticinco años, tiene doce proyectos, entre los que destacan dos escuelas, un centro de producción artesanal y el “estrella”: dos internados en el Altiplano, donde las comunidades se encuentran a 3.000 y 4.000 metros de altura.

Estos internados reciben financiación por parte de la Junta de Castilla y León (gobierno de la Comunidad Autónoma más extensa de España), entre otras instituciones, lo que compensa el desinterés de las autoridades bolivianas, que “no ayudan nada”, según Castellanos.

Esta iniciativa solidaria reúne pinturas y esculturas de 33 artistas que han donado a la Fundación sus obras con el objetivo de ayudar a recabar fondos y apoyar los proyectos sociales de cooperación que la Fundación Hombres Nuevos promueve en Bolivia.

La muestra es una síntesis de la cultura y el compromiso de los artistas participantes, que han donado sus obras para obtener beneficios que permitan el desarrollo sostenible y la promoción de las personas más desfavorecidas de Bolivia.

La exposición se podrá visitar desde hoy hasta el próximo 19 de marzo en el Salón de Pasos de la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid los días laborables.

Castellanos sorprendió a la sociedad en 1991 presentando su renuncia como obispo de Palencia, que le fue concedida el 4 de septiembre por el papa Juan Pablo II.

Después se trasladó como misionero a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) acompañado de un nutrido grupo de laicos y de sacerdotes obreros con los que inició el Proyecto Hombres Nuevos, para tratar de mejorar las condiciones de vida en los barrios más desfavorecidos de esta ciudad boliviana.

Posteriormente se constituyó la fundación Hombres Nuevos, con sede central en Palencia (España) y principal centro de operaciones en Santa Cruz de la Sierra (EFE).