TOCANDO FONDO
Dr. Edgar Linares Mariscal, fundador y ex asesor legal de Fabo
Después de haber visto los partidos por la Copa Libertadores de América, Copa Sudamericana y Liga de Campeones de Europa directamente o mediante cable, creo que el arbitraje en nuestro país, pese a las grandes limitaciones que tienen los árbitros, es de regular a bueno.
El árbitro, anteriormente vestido de negro, siempre ha sido el blanco de todos y pese de haber cambiado su vestuario a colores llamativos, desde que ingresa al campo de juego es vejado sin ton ni son por el público y el ser más sufrido, es su señora madre. En nuestro país, todas las Asociaciones tienen sus Colegios de Árbitros donde se estudia durante un año, con un pensum que contiene materias como psicología, sociología, reglamentos, clínica de arbitraje y los alumnos empiezan su carrera dirigiendo partidos en divisiones inferiores hasta concluir con esta profesión a los 40 años de edad.
Una vez egresado del Colegio, el árbitro se incorpora a su Asociación de Árbitros, ente que no cuenta con Personería Jurídica como debería ser, encontrándose bajo la tutela de la Asociación del departamento al que pertenece, la misma que remite semanalmente el rol de partidos para que los designe. Sin embargo, existe intromisión de la parte dirigencial en muchas de las designaciones que a su turno fueron denunciados. Lo propio ocurre con la Comisión Superior de Árbitros de la Federación Boliviana de Fútbol que en su Art. 53 de su Estatuto, establece que “la Comisión Superior de Árbitros es el órgano encargado de la administración, seguimiento, capacitación, evaluación y categorización de los árbitros del fútbol nacional”, comisión que también fue denunciada por favores a varios árbitros para que dirijan determinados partidos, como para que sean propuestos ante la FIFA para representar a nuestro país.
Esperemos que algún día, cuando se reestructure nuestro fútbol, los árbitros mediante una Federación que agrupe a todas las asociaciones departamentales, sean totalmente autónomos sin injerencia de los dirigentes para designar a los más capaces del departamento que sea, sin dudar de su imparcialidad como ocurre actualmente.
En la actualidad los árbitros por la falta de respaldo de los Tribunales de Disciplina, están expuestos a la malacrianza de los jugadores, quienes al margen de vejarlos y golpearlos durante los partidos al ser expulsados, no reciben la sanción que corresponde de acuerdo al Código Disciplinario y normalmente de ser víctimas de estos abusos pasan a ser los culpables de las derrotas de los perdedores, consiguientemente son recusados, alejados de su actividad por dirigentes fanáticos y acosadores que buscan a toda costa resultados favorables. En síntesis nuestros árbitros no pueden aplicar el Fair Play porque quedarían sin trabajo, sin embargo, creemos que a pesar de todas estas adversidades, se encuentran con un calificación aceptable dentro el contexto sudamericano, sin olvidarnos que también tuvimos árbitros en varios mundiales que cumplieron acertadamente su cometido.
Creemos que en base a un trabajo de formación, presencia, actitud y personalidad de nuestros árbitros que muestren que son jueces dentro el campo de juego, el ascenso de nuestro arbitraje será notorio, siempre y cuando la Comisión Superior de Árbitros de la Federación Boliviana de Fútbol, cumpla con su misión establecida en el mismo, muy dejada de lado últimamente.
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