El Alto, ejemplo urbanístico

La ciudad de El Alto se ha convertido en uno de los fenómenos urbanísticos más importantes del desarrollo del país y su prosperidad actual promete convertirse en una de las más significativas, sino la más significativa, en la vida nacional, tanto en lo que se refiere a aspectos económicos, culturales, políticos, espirituales, etc.

Fundada el 6 de marzo de 1985 mediante la Ley 728 por la que se creó la cuarta sección municipal de la provincia Murillo con su capital El Alto, esta ciudad podrá convertirse en la más destacada entre las cuatro ciudades más pujantes de Bolivia. Tiene a su favor las condiciones geopolíticas más adecuadas para alcanzar ese sitial, pero es su población, en particular, la que hará realidad esa posibilidad.

Empezó a perfilarse como urbe independiente desde mediados del siglo pasado, pero el momento de arranque de su mayor actividad fue hace 32 años, cuando fue elevada a rango de ciudad, capaz de decidir su propio destino con base en la decisión de sus habitantes.

No se puede dejar de recordar que antes de sus primeros intentos, hacia 1950, es decir antes de convertirse en un centro urbano, la zona alteña era un erial pedregoso cubierto de paja brava, en medio del cual solo se encontraba un vetusto aeropuerto, el mismo que, además, no contaba con una oficina Terminal con un mínimo de comodidades, instalada en una casa antigua sin la menor comodidad.

Al presente la ciudad de El Alto tiene una población de alrededor de un millón de habitantes y se extiende sobre más de cinco mil hectáreas. Sus actividades industriales, comerciales, bancarias, hospitalarias y culturales han superado toda expectativa. Basta citar que en su centro funciona una Universidad y a lo ancho y largo de toda su extensión contiene industrias en expansión. Al respecto basta hacer referencia a la actividad financiera, ya que desde el 31 de enero de este año, los depósitos del público ascendieron a Bs. 3.114 millones de bolivianos lo cual representa un crecimiento de casi el 19 por ciento en relación con el año 2016. Así mismo, la cartera de créditos subió al 7.9 por ciento en comparación con el año anterior.

La ciudad de El Alto, con existencia que apenas pasa los treinta años, puede considerar que superó los récords de crecimiento en todo sentido, el cual es atribuible a su población y a la moderna organización de su sistema de producción, sin dejar de contar con beneficios de la naturaleza. El factor humano es, pues, de primera importancia en el progreso de esta urbe. Va dejando atrás viejos usos y costumbres correspondientes a tradiciones esclavistas y feudales y, a tiempo de destruir obstáculos añejos que frenan su desarrollo, mira al futuro con una visión política democrática, como demostró en más de una oportunidad.