Este artículo lo ayudará a usted de alguna manera -al menos así lo creo- mucho más si está siendo golpeado de modo inmisericorde por la vida. Eso es lo que se desprende de la nota publicada en El País, de Madrid, España, por Silvia C. Carpallo, bajo el título: “Sisu”, el efectivo remedio finlandés cuando la vida te golpea.
Comienza destacando que las crisis que vivimos algo nos enseñan, y esto se traduce en la “perseverancia frente a la adversidad”. De ahí que en Finlandia, país europeo, se utiliza la palabra “sisu”, concepto que identifica a ese pueblo, y pese a carecer de una traducción literal, se entiende como “tener agallas” en los momentos más complicados. Dicen además que dicho vocablo esconde diferentes significados que, unidos, incluso podrían llegar a ser una nueva filosofía de vida que nos ayudaría a salir fortalecidos de los momentos de crisis.
Por motivos de espacio rescatamos lo sobresaliente de tan interesante y extensa publicación. La primera idea que queda clara del “sisu” es la perseverancia, de acuerdo con la autora. Sobre esta idea la psicóloga española Yolanda Cuevas explica: es un valor difícil de encontrar en el mundo actual, “donde la impaciencia y la tecnología nos hacen quererlo todo ya”. Es por ello que no conseguir las cosas de forma inmediata acaba produciendo sufrimiento, sobre todo a las nuevas generaciones. En cambio, las personas con “sisu” son las que son capaces de perseverar con cabeza. “La perseverancia necesita de momentos de reflexión, de creatividad, que sólo llegan si paras la máquina mental y das espacio a su reposo”. También supone trabajar la aceptación, que no la resignación, de las cosas que ocurren en el proceso. “Esta aceptación es clave para no dejarse llevar por la rumiación mental de emociones que se cronifican, restando energía y descentrando la atención de lo que sí funciona o depende de mí”. Cuevas también hace hincapié en la “gestión del estrés”, y puntualiza que para conseguir sobrevivir a una situación adversa, no sólo hay que tener perseverancia, también hay que ser capaz de hacer una gestión de la ansiedad, ante la incertidumbre y el estrés, puesto que “vivir estresado genera sentimientos de descontrol, de saturación y de no ser capaz de afrontar el día a día. La vida se vuelve demasiado dura, grande y pesada y se pierde la capacidad de disfrute”.
Esto es así porque, según la experta, el estrés es mecanismo que nos ayuda a centrar todos nuestros esfuerzos ante una situación difícil, activando nuestro sistema circulatorio, respiratorio o los músculos, pero desactivando, para compensar el esfuerzo, el aparato reproductor, el sistema inmune y el sistema digestivo. Es por todo ello que no hacer una gestión del estrés que produce una situación complicada que si se alarga en el tiempo puede acarrearnos “problemas relacionados con enfermedades del corazón, contracciones o lesiones musculares, problemas respiratorios, para dormir, sexuales, para concebir, digestivos y relacionados con la comida, o diferentes enfermedades al quedarse el sistema inmune al descubierto”.
Asimismo, tener “sisu” no significa mantenerse en las trece pase lo que pase, significa hacerlo para defender nuestros valores y lo que creemos que realmente merece la pena. Es por ello que la honestidad y la integridad son también dos cualidades básicas, no solamente con los demás, sino sobre todo, con nosotros mismos. “Actuar cómo se piensa y siente, para no llevar una doble vida, es tener calidad humana”, añade. También habla de la capacidad que todos debemos tener para resolver los conflictos: se da por hecho que en una situación adversa en nuestra vida, bien sea una crisis económica, una enfermedad o la pérdida de alguien querido, van a aparecer conflictos que deberemos de afrontar. Las personas con “sisu” son aquellas que no rehúyen los problemas, sino que buscan soluciones. Algo que va unido a una buena inteligencia emocional porque “el conflicto es parte de la vida y por ello es clave aprender a gestionarlo con mente y corazón”. Pues, resolver conflictos no consiste sólo en enfrentarse a ellos, sino que también supone saber tomar las mejores decisiones.
Afirma con énfasis que, tener agallas en una situación crítica, no sólo supone sobrevivir a la misma, sino saber recuperarse e incluso salir reforzado. “La resiliencia es la capacidad de toda persona para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado por ellas de manera positiva”, conceptualiza por su parte el también psicólogo Miguel Ángel Rizaldos. Por ello el resiliente, acota, aunque sufre, es capaz de salir del sufrimiento pese a los obstáculos ya que las investigaciones han demostrado que la resiliencia puede ser natural al ser humano, y no necesariamente algo extraordinario, a más que todas las personas podemos desarrollar resiliencia en una situación extrema.
Finalmente, también se menciona dentro de lo que significa el “sisu” la importancia de “ver más allá del momento”, algo así como entender que después de la tormenta llega la calma, incluso después de tormentas muy largas porque “no hay mal que 100 años dure”. “La pasión por los ideales y metas” debe ser otra actitud para salir siempre adelante, así como “la valentía y la autoconfianza” para afrontar todos esos retos aprendiendo no sólo de los demás sino de nuestra propia persona, concluyen.
Aguardo que las líneas precedentes le sirvan de algo para afrontar desde hoy, con mayor decisión, los avatares de la vida.
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