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Los tímidos tienen una actividad cerebral más intensa

• Científicos sostiene que pueden asociar percepciones visuales y sensoriales


Los tímidos perciben el mundo de una manera diferente y eso los lleva a analizar más profundamente la realidad.
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Los tímidos perciben el mundo de una manera diferente y, al estudiarlos, muestran una actividad cerebral más intensa ante ciertos estímulos. Al parecer, eso los lleva a analizar más profundamente la información; es decir, a prestar mayor atención a los detalles, lo que los diferencia claramente de las personas que son extravertidas.

A esta conclusión llegaron los científicos de la Stony Brook University de Nueva York, de la Universidad del Sudeste y de la Academia de China de Ciencias, luego de analizar los mecanismos que regulan la introversión. Descubrieron que el cerebro de las personas tímidas percibe el mundo exterior de distinta manera gracias al rasgo que los caracteriza: “Sensibilidad para la Percepción Sensorial” o, en sus siglas, SPS.

Resulta que aproximadamente el 6% de la población mundial se comporta de manera inhibida y eso es porque quien nace con esa predisposición es más sensible que la media a los estímulos, necesita más tiempo para reflexionar y para tomar decisiones. ¿Un rasgo que los hace más creativos?

Los científicos seleccionaron a 16 personas de un grupo de voluntarios y les pidieron que confrontaran dos retratos similares para que observaran los detalles. Mientras tanto, examinaron su cerebro a través de una Resonancia Magnética Funcional. Los tímidos mostraron diferencias respecto de los extravertidos.

“Estuvieron más tiempo observando las imágenes y mostraron una actividad elevada en las áreas cerebrales que se ocupan de asociar percepciones visuales y sensoriales. En definitiva, su cerebro no sólo elaboró la percepción visual, sino que se activó para una elaboración más profunda de la información”, contaron los investigadores.

¿Cuáles son las áreas del cerebro que se activan en los tímidos? Según estudios recientes, en aquellos individuos con timidez patológica o Trastorno de Ansiedad Social, las áreas que se activan están relacionadas con la valoración de estímulos socialmente relevantes: la amígdala, la corteza, el prefrontal medial e insular y el estriado ventral. Esto ocurre porque tienen una sensibilidad incrementada a los estímulos sociales negativos o nuevos, considerados por ellos como amenazantes, señaló Francisco Doria, jefe del área clínica de Ansiedad y Estrés del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco). Y agrega: «Este temor persistente activa los centros cerebrales que son más intensos en las imágenes obtenidas en el estudio».

«La timidez es un síntoma que se presenta para alejarse de una situación social que puede ser angustiante. Son personas sensibles a la aprobación o desaprobación de los demás», explica en la misma línea Hugo Lerner, psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA), presidente de la Sociedad Psicoanalítica del Sur y vicepresidente de la Fundación para el Estudio de la Depresión.

Para el representante de la Ineco el resultado del estudio pudo deberse al esfuerzo de los participantes en aprobar la prueba o agradar al evaluador por temor a la potencial valoración negativa que pudieran hacer de ellos, dada su condición esencial de tímidos.

Lerner agrega datos a la investigación: «Hoy la ciencia intenta explicar muchas conductas a través de procesos biológicos. Pero, el sujeto se construye en un contexto social: es mucho más complejo que un conjunto de neuronas».

UN MUNDO INTERIOR

La timidez es angustiante y muchas de las personas que la sufren se retraen a su mundo interior para evitar contacto.

Puede aparecer en diferentes etapas de la vida. Pero es en la adolescencia cuando se manifiesta con más fuerza. “Ese es el momento de eclosión de la sexualidad, cuando se sale a la caza de la aceptación del sexo opuesto”, explica el psicoanalista Lerner. Pero también puede darse en niños y adultos.

Para los especialistas, se manifiesta cuando una persona tiene alterada su autoestima, los repercute en los distintos niveles de relacionamiento de la persona afectada.

El exceso de sudoración, ponerse colorado, tartamudear, ciertos actos de torpeza, y quedarse callado son algunos signos de una persona tímida.

INTROVERTIDOS Y CÉLEBRES

Friedrich Nietzsche, considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX, Nietzsche fue además un hombre introvertido.

Karl Marx, el psicoanalista italiano Luigi Anepeta reveló que este célebre personaje fue un intelectual que manifestó en su vida ciertos rasgos de timidez.

Alfred Hitchcock, desde chiquito, este director de cine fue tímido y apocado. Esas características lo acompañaron a lo largo de toda su vida.

Agatha Christie tenía un miedo permanente a ser entrevistada y a aparecer en público. Y el gran escritor argentino Jorge Luis Borges era un tímido consumado que hasta los 42 años mandaba a su amigo Oliverio Girondo a leer sus discursos. Tímidos eran también Albert Einstein, Abraham Lincoln, el inventor Orville Wright o el escritor Raymond Carver.

VENCER LA TIMIDEZ

El estrés genera cortisol, sustancia que lo pone en estado de alerta. Cuando la timidez le impide relacionarse o desarrollar sus actividades, hay un problema que, afortunadamente, tiene solución y todo está dentro del cerebro.

Cuando la timidez le impide relacionarse o desarrollar sus actividades, hay un problema que, afortunadamente, tiene solución y todo está dentro del cerebro. Los pensamientos pueden cambiar la personalidad, afirma Pamela Jean, consultora en comunicación estratégica y experta en persuasión e ingeniería del lenguaje.

Una vez identificado el problema es tiempo de actuar. Como primer paso, la experta recomienda hacerlo de manera opuesta a lo que cada uno considera que es la timidez. Un ejercicio sencillo que a través de la práctica se fortalece, al tiempo que el comportamiento tímido se debilita.

“Si dejas de practicar las actitudes y conductas de la timidez y empiezas a practicar las de la seguridad, la extroversión o lo que sea que necesites, poco a poco tu mente va a acostumbrarse a ser de esa forma”, explica.

CAMBIO EMOCIOANAL

Se trata de una cuestión química. A una persona tímida le estresa socializar o desenvolverse laboralmente y el estrés genera una sustancia llamada cortisol. “El cortisol te pone en un estado de alerta y ante un peligro, te ayuda a ponerte a salvo. Pero si ante una situación que no te está dañando, te dices a ti mismo que es así, se produce igualmente”.

Por eso, su siguiente recomendación es “actuar como si”, como si su personalidad fuera lo opuesto a la timidez. En este punto, es importante ser persistente, aunque cause cierta incomodidad. “Con esto le vas a enviar al cerebro señales de que todo está bajo control, que te sientes seguro de ti mismo, aunque al principio sea mentira.

Parece un juego, pero efectivamente el cambio surge cuando cambias lo que te dices a ti mismo. El cerebro reacciona según tus pensamientos y si le dices que lo que estás viviendo es estresante, va a producir cortisol. Si le dices que todo está bajo control, entonces se va a mantener tranquilo y vas a dejar de producir esa sustancia que te estresa”. Un círculo vicioso que no parece tan difícil de romper. Piense distinto y será distinto.

DATOS

- Las personas tímidas creen, erróneamente, que la dificultad de vincularse es una característica de la personalidad que no se puede remediar.

- La timidez afecta en mayor grado a los hombres que a las mujeres, y la padece el 13% de la población.

- Es muy común que los tímidos hayan crecido en un medio familiar regido por padres sobreprotectores, pero al mismo tiempo hipercrítico y restrictivo.

- En consecuencia, el niño se desarrolla con la vivencia de ser controlado en su accionar y bajo el riesgo constante de ser criticado o rechazado.

clarin.com; muyinteresante.es)

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