El Gobierno puede decir lo que quiera respecto de la nueva ley de la coca, pero hasta el más despistado de los ciudadanos sabe que si se cultiva más coca, habrá más cocaína. Que diga lo que quiera S.E. y sus voceros, sin embargo pasar de 12 mil hectáreas de hoja a 22 mil es una desvergüenza, esencialmente en lo que corresponde a las 7.700 que benefician al Chapare, donde, se sabe, el 93% no pasa por el mercado legal, es decir que va al narcotráfico.
S.E. afirma que cuando llegó al poder, los neoliberales permitían el cultivo de 37 mil ha de coca. No sabemos de dónde ha salido esa cifra. El Gobierno tiene expertos en estadísticas que hasta hacen creer que somos el país económicamente más exitoso en Sudamérica. Por lo menos, cuando la administración democrática del general Banzer - eso me consta -, en el Chapare sólo quedaban 600 ha, lo que quería decir que la coca destinada al narco estaba siendo erradicada de verdad. En lo que hace a los cocales de Yungas no había problema porque se ceñían a la ley.
S.E. afirma también que se quería imponer “coca cero” en todo el territorio nacional. No es cierto, porque la “coca cero” era sólo para el trópico cochabambino, que ahora obtiene una enorme bocanada de oxígeno cuando se le permite cultivar 7.700 ha. Claro, todo en paz, sin un gas lacrimógeno siquiera, pero no porque este Gobierno sea más respetuoso de los derechos humanos que los anteriores, sino porque S.E. es el jefe de las seis federaciones de cocaleros del Chapare y acaba de cumplir con un objetivo político que reverdece su poder.
Ya está desatada la campaña publicitaria para convencer a la ciudadanía de las bondades de “enterrar” la ley 1008. Aparecieron en la tele los jarabes, pomadas, mates, tortas, panes, licores, de lo que llaman la industrialización. Todo eso es una bagatela, no significa nada, porque la única industrialización importante es la cocaína. En el país de los sofistas y de los mentirosos se da gato por liebre sin el menor problema. Lo único cierto es que habrá más droga destinada al contrabando.
¿Qué dirán EEUU y la Unión Europea? No creemos que al Gobierno le importe mucho. Total, ellos tienen las cifras de la ONU que de manera inaudita los encubren. Pero donde el tema se va a poner difícil va a ser en el vecindario, permanentemente avasallado por la cocaína. Brasil y Argentina están hasta la coronilla con este Gobierno, al que no le creen nada. Hay sujetos que echan inmundicias en las puertas de las casas vecinas y no por eso dejan de tolerarlos, aunque sea por educación.
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