Economía de palabras
Me metieron en honduras de la profesión cuando tuve que contestar a periodistas acerca de la censura de prensa que aplicaban los militares en Camiri, cuando estábamos a cargo de las noticias de las guerrillas, hace 50 años.
La colega quería saber cuál era la diferencia entre la censura de entonces y la de ahora.
Como está contado en el libro “La guerrilla que contamos”, un coronel estuvo a cargo de censurar los textos que los periodistas queríamos enviar desde Camiri a nuestros periódicos.
El coronel estaba en su despacho, esperando que lleguen los textos. Con un lápiz rojo en la mano, eliminaba líneas o párrafos, antes de que los despachos fueran pasados al telégrafo o a los teletipos.
No era la ortografía lo que observaba, sino el contenido de los textos. Pronto supimos que no dejaba pasar las noticias que pudieran ayudar a la guerrilla, como aquellas sobre movimientos de tropas, emplazamientos de unidades, la llegada de refuerzos de dentro o fuera del país.
Estaban en guerra. Se podía entender. Defendían el país de unos insurgentes extranjeros.
¿Cómo reaccionar ante la actual censura? Según el informe que presentaron parlamentarios europeos que estuvieron en Bolivia hace tres meses, en el país existe un grado de “autocensura” que preocupa.
Se extrañaron de que los canales de Tv no incluyan programas de análisis político, sino solamente revistas de crónica roja, o de ligerezas, o que los diarios jamás reproduzcan algunos nombres, que eviten noticias sobre la paridad del dólar, el pacto fiscal. Les preocupó que en algunos diarios estén instalados funcionarios de la oficina de impuestos, listos a aplicar sanciones cuando el medio saca los pies del plato. Pero más les preocupó que los dueños de los diarios o los periodistas tengan terror de mencionar este sistema de censura. Lo mismo pensaron cuando se enteraron de que la publicidad oficial es distribuida solamente entre los medios dóciles, comprados o totalmente sumisos.
¿Qué prefieres como periodista, que te pidan tus textos y los censuren, como hacían los militares en 1967, cuando la guerrilla? ¿O que te prohíban temas, nombres, géneros periodísticos?
Yo me quedo con la censura de frente. Detesto la censura ladina, solapada, taimada, que se aplica ahora.
Eso es lo que respondí.
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