Cómo tratar a una dama

Ante los ojos desmesuradamente abiertos de gran parte de la población, fui testigo involuntario del altercado entre la diputada Norma Piérola y el vicepresidente del Estado Plurinacional y Folklórico, el licenciado Álvaro García Linera, ante las cámaras de televisión que mostraban un acto público, como es una sesión de la Asamblea Legislativa.

Mi primer impulso fue acudir al acto de inmediato y retar yo a duelo al licenciado, pero felizmente recordé que los duelos entre caballeros necesitan: designación de padrinos de ambos duelistas, señalamiento del Campo de Honor, además de la dilucidación de las armas que usarán, la fecha y hora del lance de honor.

Al tomar en cuenta todas esas circunstancias previas que deberíamos aprobar, me desanimé de desafiar a duelo al caballero mencionado y decidí acudir a un extraño para dilucidar este grave asunto, personaje que no era otro que el Presidente, quien en esos momentos se encontraba ocupado en solucionar gravísimos problemas que confronta nuestro país, tales como el incremento del precio de gas para el sector industrial, las clarísimas diferencias entre el Libertador de Bolivia y padre de nuestra patria, Simón Bolívar y el macizo dictador venezolano Nicolás Maduro.

¿Quién podría conseguir un diálogo entre el gobernante y este periodista defensor de damas ofendidas? Ustedes ya tienen la respuesta: sólo mi comadre cochabambina Macacha podría acercarme al personaje para exponerle mi queja por lo acontecido en la Asamblea Legislativa, y que dejó como resultado una diputada, mujer cochabambina, ofendida.

La influencia de Macacha en el mandatario fue tan grande que Evo hizo llamar al licenciado Álvaro García Linera para enseñarle cómo un varón de verdad debe tratar siempre a una dama, sea esta diputada, alcaldesa o secretaria, de acuerdo con la versión de la reportera cochabambina… Evo le habría dicho a su copiloto: “No se trata así a ninguna mujer, tienes que hacer como yo: darle una oficina en la Presidencia del Estado, nombrarla gerente y representante de una empresa china que negocia con Bolivia por millones dólares, sacarla a bailar en la entrada de Carnaval y hacerle “ojitos” todo el tiempo para mantener la ilusión. Así trata un hombre ducho a una mujer que más ducha todavía, entendido, ya…?”.

Con esa lección del hombre que sabe tratar a una mujer, el Vicepresidente salió del despacho del Presidente, dispuesto a alternar mejor con el género opuesto.

Al final, Macacha me dijo que la diputada cochabambina quedó conforme y agradecida por la intervención que realizamos ante el primer hombre del Estado.