Hay situaciones sumamente incomprensibles para la población, especialmente cuando se trata de posibles avances en la producción. Este es el caso del gas y la urea, pues el gobierno anunció, con profusión de publicidad, que busca mercados para ambos productos exportables; pero lo que confunde a la colectividad nacional es no saber con exactitud de qué gas y de qué urea se trata no habiendo la producción suficiente.
El país debe cumplir con contratos firmados con Brasil y Argentina para la venta de gas; pero existen muchas dudas de que pueda cumplirse debido a que en los últimos meses se ha incumplido con los montos fijados en contratos y se tuvo que rebajar la cantidad exportable, al extremo de que Brasil, en relación con futuras ventas a partir de 2019, requiere que, previamente, el gobierno sepa a ciencia cierta cuánto gas se tiene como reservas, lógicamente, después que sean hechos los estudios pertinentes por parte de una empresa especializada -que hay muchas en el mundo- y se garantice que realmente existen las cantidades que se requerirá para cumplir con los contratos.
Por su parte, la Argentina también se debate en el ámbito de las dudas porque no se ha podido cumplir con los montos comprometidos y como no podía quedarse sin gas, tuvo que reemplazarlo con importaciones realizadas vía Chile, pagando precios muy superiores a los que paga a Bolivia y, en cumplimiento de los contratos, nuestro país deberá cubrir las facturas por esas importaciones aparte de una multa del 15% del importe de las facturas.
Argentina y Brasil vivirán pendientes de que nuestro país les garantice efectivamente la provisión debida en cantidades y tiempos determinados, de otro modo, cualquier firma de contrato quedará en suspenso o, nada raro, sin posibilidad de firmar nuevos compromisos.
El caso de la urea es igualmente preocupante porque hasta ahora no hay la producción debida de Bulo Bulo y, además, no hay medio de transporte, aunque ya se compró los vagones y, lo grave, rieles para la construcción de un ferrocarril que aún está solo en planes. ¿Qué hacer ante situaciones semejantes? Informaciones precisas dan a conocer que la tonelada de urea costará en el mercado internacional más o menos 216 dólares y el costo de producción será superior a los 400 dólares por tonelada. Estos datos deberán ser confirmados, rectificados o desmentidos en su momento, pero habiendo producción y medios de transporte; entretanto cualquier cábala al respecto resultaría insulsa.
Es innegable que el gobierno, por su propia responsabilidad, tiene que actuar bajo la premisa de que en todo negocio o gestión gubernamental debe primar la verdad y de ninguna manera las suposiciones. Obrar con seriedad y honestidad con el caso del gas y la urea siempre será lo conveniente para el país y de esto tiene que tomar conciencia el régimen gobernante.
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