Elio Pacheco Colque
En los últimos cinco años la lucha contra el narcotráfico no solo está reflejada en el secuestro de drogas, la detención de personas implicadas o el decomiso de bienes utilizados para este propósito, existe también el decomiso de sustancias químicas, a lo cual muy poco se hace referencia.
Sustancias químicas son utilizadas en el procesamiento en fase extractiva o de síntesis de drogas ilícitas, actuando como precursores o siendo esenciales en dicho proceso.
Se ha registrado 19 Insumos Químicos Fiscalizados (IQF) en varios territorios de Latinoamérica. Pero, a veces, son obtenidos por los traficantes de drogas con la colaboración de algunos fabricantes, exportadores, importadores, sus empleados o terceros que se involucran con los narcotraficantes, desde que los insumos son adquiridos para fines aparentemente lícitos.
De estos insumos, unos reciben la denominación de precursores, porque son usados para la fabricación de sustancias psicotrópicas o las que tienen un efecto similar. Hay otro grupo denominado específico, que es reemplazado por otro insumo para la obtención de una droga. Éstos pueden ser los solventes reactivos o catalizadores, que son utilizados en la preparación y extracción de sustancias psicotrópicas, así como otras similares por sus efectos.
Estos insumos son sustancias químicas potencialmente peligrosas, ya que son inflamables, explosivas, corrosivas y tóxicas. Como son volátiles y por ende de combustión rápida; generan explosiones cuando se evaporan y se mezclan con el aire u otros agentes. Por ejemplo, acetona, éter etílico, gasolina, permanganato de potasio, ácido sulfúrico y ácido clorhídrico, al contacto con metales generan hidrógeno gaseoso, el cual es altamente explosivo. Son también corrosivos porque producen irritaciones y quemaduras químicas en la piel, en las mucosas de los ojos, pulmones y bronquios. Por último, son tóxicos porque su ingesta ocasiona intoxicaciones agudas, lesiones y daños irreversibles, llegando a causar la muerte por ingestión e inhalación. Nos referimos al ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, hidróxido de amonio, hidróxido de sodio, permanganato de potasio, hipoclorito de sodio y benceno.
En pasados años en la ciudad de El Alto, por ejemplo, se atendió algunos casos de incendio dentro de casas precarias, por el uso de estos componentes químicos, destinados a la fabricación de psicotrópicos.
En cuanto a sustancias químicas sólidas que fueron decomisadas, se tiene el siguiente detalle: En 2013 se decomisó 900,39 toneladas, en 2014 fueron 631,11 ton; 2015 con 579,13 ton, 2016 con 501,58 ton y el pasado año con 423,13 ton de componentes. En el caso de sustancias químicas líquidas se registra: en 2013 con 2.053,67 metros cúbicos, en 2014 con 1.640,32 m3, en 2015 con 1.053,53 m3, en 2016 con 943,79 m3 y en la pasada gestión los resultados se reducen a 797,28 m3.
A nivel nacional se aplica el Reglamento para Actividades con Sustancias Peligrosas de 1995, enmarcado en la Ley 1.333 de Medio Ambiente, para regular y controlar permisos para traslado, manipulación o depósito de sustancias peligrosas, aquellas con las siguientes características intrínsecas: corrosividad, explosividad, inflamabilidad, patogenicidad o bioinfecciosidad, radioactividad, reactividad y toxicidad, según pruebas estándar.
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