Israel Camacho Monje
Ahora se sabe el porqué de la repentina aparición de avisos de prensa que dicen: “¿No le quieren pagar los préstamos que hizo?, ¡nosotros se los cobramos!”, y variedad de tenores por el estilo.
Y tenía que salir a la luz pública un video donde la ciudadanía estupefacta contempló cómo, de la manera más violenta y criminal, se obliga a deudores morosos a reconocer el dinero que deben a los prestamistas usureros. En un caso se vio fuertes manotazos, en ambos lados del rostro de quien se había prestado, propinados nada menos que por el abogado torturador, y que fueron seguidos por una lluvia de golpes en la cabeza de la víctima, propinados por cuatro matones que lo rodeaban y que estaban prestos para repetir la hazaña cuantas veces ordene su jefe.
Y es más, deudores morosos que pese haber recibido tremenda golpiza, y que todavía pensaban en seguir aguantando hasta que se cansen los verdugos, ciertamente que se equivocaban porque ante la sola orden del abogado torturador, de ¡pasaremos al baño!, de inmediato los hacen desistir de poner más resistencia, porque muy bien saben lo que significa la palabra “baño”, esto es morir ahogado o electrocutado.
Es decir que una vez que lo hayan metido al baño, la cabeza del deudor moroso era introducida al interior de una enorme tina llena de agua, hasta que no pueda respirar y se desespere por querer sacar su cabeza. Y es cuando supuestamente sus verdugos lo ayudan a sacar la cabeza, y ni bien está por recobrar el conocimiento, escucha como un trueno la amenaza del abogado torturador que le dice: “¿vas a pagar?, sí o no”, y antes de que pueda responder con un movimiento de su cabeza, positiva o negativamente, nuevamente era metido a la tina de agua, pero esta vez hasta que la falta de aire lo obligue a tomar una acción desesperada de sobrevivencia. O recibir descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo.
Y una vez sentado sobre una silla y delante de una mesa, y apenas tratando de recobrar el conocimiento, era obligado a firmar una serie de documentos de los que no sabe ni siquiera su contenido, y que es un traspaso de todos los bienes que tiene a nombre del abogado torturador.
Ahora bien, deudor moroso que al igual que otros muchos -que pasaron por la misma pesadilla- tendrá que estar cautivo tal vez horas, días o semanas, hasta que el abogado torturado haya recuperado el monto total de la deuda. Y una vez descontada una tajada del mismo, más los gastos imprevistos, lo que resta le será entregado al prestamista usurero, que al final de cuentas es el que decidirá si el deudor moroso torturado seguirá en esta vida o pasará a la otra vida.
Y los avisos de prensa que dicen: “¿No le quieren pagar los préstamos que hizo? ¡Nosotros se los cobramos!” efectivamente son cumplidos por todos los abogados recuperadores de deudas morosas, mediante una variedad de sistemas criminales que emplean y garantizan que no existen deudas impagables ni delatores.
Y, por último, queda lamentar por aquellos deudores morosos que no tengan bienes para devolver los préstamos que se hicieron, y que con seguridad pasaron y pasarán a mejor vida. ¿Qué lástima, verdad?
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |