Pasaron las jornadas que rememoraron los tres años del Referéndum 21F, y los nueve binomios participantes (PAN-BOL, Comunidad Ciudadana, BOLIVIA DICE NO, MNR, MTS, PDC, FPV, UCS y MAS-IPSP) tienen la mira puesta en conformar/fortalecer sus estructuras partidarias; los más avanzados están viendo nombres de posibles aspirantes al Órgano Legislativo, y otros están recorriendo diversos puntos del país. Entre tanto, se espera la fecha oficial de las Elecciones.
Como en todo evento electoral, existirán quienes arranquen con ventaja al tener buena organización interna, y también existirán los que improvisarán. Algunos pelearán por la mismísima Presidencia, otros por tener una fuerte bancada parlamentaria, y los restantes por superar la barrera del 3% de la votación para no desaparecer.
Sin embargo, y antes de que se conozca el Calendario Electoral, el Reglamento de Alianzas, de Candidaturas y otros, debe reconocerse que el oficialismo parte con ventaja en muchos aspectos, entre ellos por las disposiciones constitucionales.
Para empezar, el Art. 238 (numeral 3) de la CPE establece que cualquier persona que se encuentre ocupando un cargo público (sea electivo, designado o de libre nombramiento), debe renunciar, como mínimo, tres meses antes del día de la elección, con excepción del Presidente y del Vicepresidente de la República, que se mantendrán en sus puestos durante el proselitismo. Esto significa que, a nivel de los binomios, los senadores Oscar Ortiz y Edwin Rodríguez (BOLIVIA DICE NO) y el Gobernador Félix Patzi (MTS) tendrán que renunciar irrevocablemente a sus funciones, al igual que todo aquel que se encuentre en función pública y que aspire al Senado, a la Cámara Baja o a supraestatal.
El numeral 5 del mismo articulado constitucional también obliga a que los ministros de cualquier culto religioso renuncien, como mínimo, tres meses antes del día de la elección (es decir, sacerdotes, pastores, etc.), por lo que Unidad Cívica Solidaridad (con Humberto Peinado como vicepresidenciable), que tiene como basamento al sector evangélico-cristiano, tendrá que tomar en cuenta este aspecto.
Asimismo, la CPE, en su Art. 166, par. I establece tres modalidades para elegir al Presidente y Vicepresidente: Que haya obtenido el 50% más uno de los votos válidos (como sucedió en 2009 y 2014), que triunfe en segunda vuelta (en la que participan los dos más votados de las Elecciones Generales), u obtener un mínimo del 40% de los votos válidos, con una diferencia de al menos 10% sobre el segundo.
MAS-IPSP posee un voto duro en relación con cualquier candidatura opositora y, en el peor de los casos, podría tener un mínimo del 40.00% (así es, los decimales cuentan) hasta el 49.99% y NO enfrentar la Segunda Vuelta Electoral siempre que el segundo esté, como mínimo, a 10% de distancia. Este articulado es parecido al modelo argentino (CPE de 1853, reformada en 1994, Art. 98) que permitió a Cristina Fernández de Kirchner ganar la Presidencia (2007) en primera vuelta, con el 45.28% mientras que Elisa Carrió fue segunda con 23.05%, es decir, superó en demasía los diez puntos requeridos. Cristina Fernández venció a trece rivales; en nuestro país, Evo Morales enfrenta a ocho binomios.
El autor es Abogado.
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