Biotecnología y clima
> El directorio de Anapo y el nuevo titular de la CAO se reúnen con el presidente Evo Morales hoy, en el aeropuerto de Viru Viru, a las 11 de la mañana
Ante la volatilidad de los precios de los minerales y gas en el mercado internacional, el sector agrícola se presenta como una alternativa para diversificar la exportación del país, y un paso que dio el Gobierno es abrir mercados para la quinua, soya y ganado, además del café que está en proceso, pero para ello demandan seguridad jurídica, ampliación del plazo de la Función Económica Social (FES), liberación de la exportación, agua y biotecnología.
El Gobierno a pesar de que insiste en priorizar su modelo económico comunitario, en base al mercado interno, y dejar el externo, la situación cambió y abrió la posibilidad de exportar soya, carne, quinua y café a mercados de China y Rusia.
Mientras organizaciones internacionales rechazan los transgénicos así como el uso de glifosato, el sector productor nacional afirma que el uso de biotecnología así como la introducción de nuevos eventos o semillas aumentará el rendimiento de la soya y evitará pérdidas por el cambio climático.
El flamante presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Reinaldo Díaz, dijo, el pasado miércoles, que el sector requiere de materiales transgénicos, también seguridad jurídica, ampliación de la FES, elementos que brindarán certidumbre al productor, y podrían promover inversión en los pequeños emprendimientos agrícolas.
La proyección de la CAO es subir la producción agrícola de 16 millones de Toneladas (MMTn) a más de 50, y alcanzar a 30 MmTn de excedente, y avanzar en la sustitución de las exportaciones, de productos tradicionales.
El incremento en la producción agrícola no solo favorecerá la exportación, sino también permitirá el ingreso al biodiesel, como lo hicieron con el etanol para la gasolina, que tiene proveedores a tres ingenios azucareros.
Datos
La producción de alimentos alcanzó a más de 18 millones de toneladas a nivel nacional, y Santa Cruz aporta con más de 13 millones de Tn, que en porcentaje alcanza a alrededor de 70 por ciento, los alimentos que consumieron los bolivianos, en el 2018.
El sector agrícola es generadora de empleo, y es la principal, que bordea el millón de fuentes de trabajo, y en la pasada gestión el aporte al Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó a 7 por ciento; producción renovable
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo), Marcelo Pantoja, dijo que es hora de que el crecimiento de la economía nacional sea en base a productos renovables, debido a la volatilidad y al menor precio de las materias primas.
Ese es el desafío que plantean al Gobierno. Y en la reunión de hoy abordarán varios temas, incluido el de los transgénicos y la liberación de la exportación. Dijo que son 12 años a la espera de la introducción de nuevos eventos.
El evento que demandan es HB4, semilla resistente a la sequía, debido a los problemas que provocó en la zona Este de Santa Cruz, en donde los productores sufrieron grandes pérdidas por la falta de agua, que redujo el rendimiento de la cosecha.
Argentina, Paraguay y Brasil tienen rendimientos por encima de las 2,5 toneladas, mientras que el país alcanzó en promedio 2,1 toneladas por hectárea, solo en soya; pero si se abarca a otros productos, como el maíz o el arroz la situación es diferente.
Mercados
Si bien el Gobierno abrió los mercados de Rusia y China, también esperan que se avance con el de Estados Unidos y Europa, que son los más exigentes pero también buenos compradores, reflexionó Pantoja.
Por otra parte, la certidumbre jurídica para el sector así como la autorización de nuevas semillas y la liberación del mercado permitirían mejorar las condiciones de muchas familias del agro, apuntó.
CONTRABANDO
Por otra parte, dijo que el tipo de cambio incide en el contrabando de alimentos, que ingresan al país sin control y puede atentar a la salud de la población, la diferencia cambiaria abaratan los productos.
Los esfuerzos que hacen los productores apuntan a reducir la importación de alimentos, que en cifras se incrementó en más de 200 por ciento en los últimos 12 años, es decir que en 2005 la suma alcanzó a 218 millones de dólares, pero en 2018 la cifra fue de 623 millones.
Condiciones
Por su parte, Luis Alberto Alpire Sánchez, secretario de Desarrollo Productivo del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, dijo que si se generan las condiciones para el sector agrícola, este puede crecer más.
Como se recordará el Gobierno informó que el sector agrícola en el tercer trimestre de 2018, contribuyó en gran medida al crecimiento de la economía boliviana. La actividad registró una expansión acumulada de 7,0% y una incidencia de 0,9 puntos porcentuales.
Mientras tanto, Alpire señaló que la exploración en hidrocarburos demora muchos años para concretar un hallazgo, el sector agrícola requiere otro tipo de condiciones para crecer, y aumentar su aporte a la economía nacional.
Lamentó que en el departamento cruceño no se haya aplicado una política de riego, pese al pedido del sector, ya que con esta iniciativa el rendimiento de la producción aumentaría significativamente.
Sin embargo, un problema que denuncian los activistas está referido a la deforestación que atraviesan varias regiones del país, y en particular Santa Cruz con la expansión de la frontera agrícola.
Sin embargo, el sector insiste en que hay todavía espacio para ampliar los cultivos, y que esto les permitiría aumentar la producción, pero también paralelamente requieren de biotecnología.
Transgénicos
Mientras los pequeños productores así como los medianos innovan o copian experiencia para evitar la degradación de la tierra, paralelamente solicitan semilla transgénica que resista la sequía, pero también por el exceso de lluvias.
Según Pantoja, ascendieron a 300.000 hectáreas afectadas, con un rendimiento menor a 500.000 toneladas de soya, que en recursos significan 160 millones de dólares, lo que crea problemas a los productores que tienen obligaciones con entidades bancarias así como con empresas importadoras.
Sin embargo, Ronald Saavedra, técnico del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), informó que ya se tiene una variedad de soya contra la sequía, y que pronto estará en el mercado.
CAMINOS Y PRODUCCIÓN
Las lluvias provocan inundaciones y anegación de caminos en el norte integrado del departamento de Santa Cruz, en particular varias comunidades del municipio Fernández Alonso, como Limoncito, 26 de Agosto.
El río Grande inundó varias hectáreas de soya, y también afectó el camino. La abundancia de agua abre la posibilidad de plagas y por lo que el sembradío requiere mayor fumigación; además la húmedad, elevada, no deja desarrollar la planta.
La inversión que realizan los productores por hectárea varía según la zona, que van desde 300 a 600 dólares, y el rendimiento del cultivo debe por lo menos pasar 1,5 Tonelada por hectárea de lo contrario, es pérdida.
Solicitan a la prefectura trabajar en el mantenimiento de los caminos, pero también en defensivos en el borde del Río Grande, que llegando a su quinta fase, y esperan que la misma alcance la sexta.
Mientras tanto, en la zona este de Santa Cruz, la falta de agua provocó mayores pérdidas. En algunos casos fue el 100 por ciento de la producción, y en otros solo recuperaron entre 300 a 500 kilogramos.
COMERCIALIZACIÓN
Mientras tanto, los pequeños productores no tienen margen de negociar sus precios, ya que están a merced de las empresas o intermediarios, que por lo general pagan entre 270 a 290 dólares la tonelada.
Ellos indicaron que para que sea rentable la producción de soya el precio debería estar por lo menos en 350 dólares.
En otro tema también pidieron al Gobierno revisar el precio de la urea al mercado interno, ya que en Bolivia se industrializa, ésta debería estar por lo menos al mismo valor que se exporta a Brasil.
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