Luis Fernando Zegada
Actualmente se conoce que la humanidad vive más años que antes. También en nuestro país la cantidad de personas mayores de 80 años está aumentando, pero, lamentablemente, este grupo etario es más proclive a tener la llamada demencia, que es un proceso de daño irreversible y progresivo del cerebro, manifestándose por alteraciones en la memoria y el pensamiento. Con el paso del tiempo, altera también la facultad de hacer tareas rutinarias, como poner la mesa y servir la comida, olvidando los afectados palabras o usan las incorrectas para expresarse, se desorientan y no saben dónde están, olvidan para qué son los objetos y cómo utilizarlos, etc. También presentan cambios drásticos en su personalidad.
Los síntomas mencionados son parte de la demencia, que es una enfermedad irreversible y progresiva del cerebro. El alzheimer es la causa más común de este padecimiento.
Esta enfermedad toma el nombre del Dr. Alois Alzheimer, un médico alemán del siglo pasado, quien tuvo la oportunidad de examinar a una paciente con trastornos de conducta, que después de algunos años falleció. Cuando este médico hizo la autopsia del cerebro de esta paciente, encontró unas formaciones anormales, denominadas placas amiloides, que alteraban el normal funcionamiento de las células del cerebro, llamadas neuronas.
En Estados Unidos esta enfermedad es un problema de salud pública que está afectando a millones de personas.
Para investigar la causa de esta enfermedad, el expresidente Barack Obama solicitó al Congreso de su país la asignación de 100 millones de dólares, solicitud que fue aprobada y se llama el “Proyecto del Cerebro”. Actualmente, se está empleando tecnología avanzada para descubrir la causa de este terrible problema. El Director de este programa es el Dr. Rafael Juste, médico español que trabaja en EEUU.
Este padecimiento comienza en forma progresiva en personas de la tercera edad, siendo el problema de la memoria el síntoma principal, para luego desarrollar los síntomas mencionados anteriormente.
Por el momento no hay un tratamiento para curar esta demencia, pero algunas actitudes prácticas deben realizar personas de la tercera edad.
Mencionaremos las más importantes:
1) No es aconsejable que la persona de la tercera edad viva sola, porque en esa condición su actividad cerebral es muy deficiente y constituye un factor para la adquisición de esta demencia.
En Gran Bretaña se ha creado el llamado “Ministerio Contra la Soledad”, para que las personas de la tercera edad que viven solas asistan a centros especiales que cuenten con educación especial para adultos y formar grupos de intercambio social.
2) Asimismo, las personas de la tercera edad deben hacer actividad física continua, porque se ha comprobado que esta actividad mejora el funcionamiento de las neuronas.
3) Estas personas deben siempre mantener una actividad intelectual, como: leer, ver la Tv y comentar con otras personas.
El neurólogo británico Dr. David Snowdon escribió un interesante estudio, efectuado en 876 monjas de una institución llamada Notre Dame en Gran Bretaña y en varias instituciones religiosas en EEUU. El aspecto novedoso de este trabajo es que estas religiosas eran personas de la tercera edad, algunas de ellas mayores de 80 años, que hacían actividad docente; por lo tanto, su actividad mental estaba conservada para su edad.
A este médico le concedieron permiso para que cuando estas monjas fallecieran, por causas distintas a la demencia, como por ejemplo: enfermedades del corazón, enfermedades pulmonares, etc., se les hiciera un estudio de autopsia del cerebro. El Dr. Snowdon examinó el cerebro de estas religiosas. Muchas tenían lesiones en su cerebro correspondientes a la enfermedad de Alzheimer. La pregunta fue ¿por qué razón ellas no presentaron síntomas de la demencia de Alzheimer? Y su explicación fue que la actividad mental continua es una protección para presentar síntomas de esta demencia. A pesar de tener la lesión cerebral anatómica de Alzheimer, las neuronas en actividad intelectual continua desarrollan conexiones con otras neuronas que las protegen de presentar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
Finalmente, en nuestro país se debe formar centros médicos para personas de la tercera edad, donde el profesional de esos centros efectúe no sólo un examen clínico, sino también el test de la función cerebral, como la memoria, las funciones ejecutivas y así se pueda identificar, tempranamente, si esta persona de la tercera edad tiene síntomas de comienzo de la demencia de Alzheimer.
El autor del artículo es médico neurólogo, ex presidente de la Sociedad de Neurólogos de La Paz.
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