115 años de historia, amor y servicio al país

Cuando se fundó EL DIARIO, el 5 de abril de 1904, el fundador y Director, Dr. José Carrasco Torrico, dijo: “Empezamos una obra que hará historia por lo que se ame y sirva”. Una frase que ha quedado grabada en los anales de la historia nacional y, muy especialmente, del Decano de la Prensa Nacional, como es EL DIARIO; 115 años en que se venció infinidad de dificultades que no arredraron la voluntad y coraje de la familia Carrasco y de quienes cooperaron en las ediciones diarias y se dieron por enteros a las causas de libertad, servicio honesto y responsable a los intereses nacionales.

Hoy, al cumplir 115 años de vida, lo que corresponde, en honor a la amada Patria boliviana y a su pueblo que nos ha honrado siempre, es reiterar que iniciamos un nuevo período en el que existe el propósito de vencer cualquier obstáculo y no declinar por los problemas, incomprensiones de quienes creen que EL DIARIO debería estar al servicio de intereses y conveniencias creadas.

La posición libre e independiente de este órgano de prensa se ha reflejado en todas sus ediciones a través de la información, el análisis, la línea editorial y los múltiples artículos escritos por quienes se han sentido consustanciados con los principios y valores que son práctica permanente; que se trata, pese a las limitaciones humanas, de mantener incólumes con el propósito de hacerlos cada vez más firmes, porque se entiende que solamente el amor construye en el día a día a la Patria y su pueblo; se obra con la convicción de que la vocación de servicio es sólida y tiene como fundamentos la honestidad y la responsabilidad.

Se ha hecho lo suficiente para entender y hacer comprender a los lectores que la frase de Gracián: “Hombre sin noticias, mundo a oscuras” es cierta y se obró para que la luz de la verdad sea guía y lábaro que guié los actos, principios y normas a los que nos hemos sujetado siempre y que se ha cumplido con la mayor estrictez porque la prensa juega, además, el gran papel de educadora de las nuevas generaciones, porque sin el concurso de la comunicación social nunca será posible reflejar verdades, virtudes y cualidades que deben primar en la vida, con miras a lograr objetivos permanentes que abrigan las mentes y los corazones de la colectividad.

Por lo expuesto, se reitera, una vez más, que las convicciones que guían la existencia de este diario no claudicarán, por ningún motivo, porque así se afirman los propósitos de la familia Carrasco y de quienes laboran en el diario ejercicio del periodismo con honestidad, honradez y responsabilidad al servicio del bien común y con la mira puesta al servicio y grandeza de la Patria que logrará, más temprano que tarde, superar dificultades para alcanzar un desarrollo armónico y sostenido.