No a los transgénicos transmisores de cáncer

En la Magna Asamblea Constituyente 2006-2007, las y los constituyentes planteamos y aprobamos el Art. 408, que expresa: “Se prohíbe la producción, importación y comercialización de transgénicos”. Álvaro García, con sus amigos opositores, sin alguna potestad reformaron la Constitución, y cambiaron esa disposición, por “la producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por ley”.

Los transgénicos son los organismos modificados genéticamente (OGM) que fueron utilizados en plantas, bacterias y animales con fines de investigación, hoy son múltiples sus usos, van desde la fabricación de productos terapéuticos, pasando por la obtención de animales hipoalergénicos que no produzcan reacciones alérgicas a personas sensibles (personas alérgicas), hasta la obtención de alimentos. La Academia Americana de Medicina Ambiental señaló al respecto que “los alimentos genéticamente modiï¬�cados pueden tener riesgos para la salud”, en toxicología, alergias, inmunología, salud reproductiva, metabólica, ï¬�siológica y genética”.

Según la ONU - FAO, se produce alimentos suficientes a nivel mundial para satisfacer las necesidades de alimentación de las personas y se descarta la teoría de que los transgénicos podrían “acabar con el hambre”… De acuerdo con datos de la agencia española de seguridad alimentaria, el 15% de los alimentos que contienen maíz o soja tiene OGM, alimentos que incluyen cereales infantiles, papillas, galletas, por mencionar algunos. El incremento de la productividad, en los últimos 20 años, en 86% se debió a métodos y prácticas convencionales.

El jardinero estadounidense Dwayne Johnson, enfermo de cáncer, ganó la demanda contra Monsanto, hace unas semanas. Otro jurado de EEUU dictaminó que ese químico fue “un factor importante en el origen del cáncer” de otro demandante. En cuanto a los países productores de transgénicos, encabeza la lista EUA con 54%, Argentina 18%, Brasil 11%, Canadá 6%, India 4%, China 3%, Paraguay 2%, Sudáfrica 1%, otros (España incluida) 1%.

El monopolio de Monsanto en la producción de alimentos es del 90% de los transgénicos y controla el mercado de estas semillas, cuando la riqueza de la biodiversidad siempre ha sido un patrimonio de los pueblos y nunca han tenido que pagar los campesinos por utilizar las semillas de sus propias cosechas.

Diversos estudios relacionan los OGM con: 1) Daño hepático. 2) Mutaciones genéticas. 3) Altas tasas de pesticidas y agrotóxicos en los alimentos que consumimos. 4) Riesgos en el consumo de antibióticos en la leche de vaca. 5) Cáncer y enfermedades degenerativas. 6) Disminución de la fertilidad. 7) Defectos de nacimiento. 8) Aumento de las toxinas en el interior de nuestro cuerpo. 9) Aparición de virus muy potentes.

En cuanto al medio ambiente y a la agricultura: 1) Destrucción de la vida forestal. 2) Polución. 3) Aumento de la toxicidad de los suelos. 4) Extinción de variedades de semillas. 5) Esterilidad de los suelos. 6) Aparición de “superplagas”. 7) Afectaciones a poblaciones de insectos beneficiosos. 8) Destrucción y disminución de negocios familiares autosustentable. 9) Menor cantidad de nutrientes.

En Bolivia, el uso del glifosato asociado con la soya transgénica ha originado la aparición de 9 tipos de malezas resistentes, cuyo control requiere de más químicos. Los productores han empezado a usar otros herbicidas - el 2-4D o el paraquat- como complementos para glifosato, “que no solamente daña los suelos, las aguas y a los productores, también las poblaciones cercanas a los campos que fumigan, pues quedan residuos que permanecen en los granos que son cosechados y procesados para alimentar al ganado y para el consumo humano”.

La Ley 300 de la Madre Tierra establece en su Art. 24 que el Gobierno debe desarrollar acciones de protección al patrimonio genético de la agrobiodiversidad, con “prohibición de introducción, producción, uso, liberación y comercialización de semillas transgénicas”.

Por todo ello exigimos se cumpla la Ley de la Madre Tierra y evitar el cáncer que está matando incluso a niños.

La autora de esta nota es Economista – Abogada Constitucionalista.