Cartas históricas II

Estimados lectores, comentaré la parte II del libro de Mariano Baptista Gumucio “Cartas para comprender la Historia de Bolivia”, que cubre los primeros años de la República. Este capítulo contiene valiosos documentos, como la carta de Antonio José de Sucre dirigida al coronel Burdett O Connor, en la cual le instruye que para reprimir los motines en la parte sur del país, “todos los amotinados que aprehenda, sin distinción alguna y en cualquier número que sean, hágalos fusilar en Tupiza a presencia de la tropa, para lo cual y para cubrir a usted mandaré las órdenes oficiales inmediatamente…”. O la carta dirigida por Simón Rodríguez a Simón Bolívar, en la cual se queja y expresa en una línea: “Qué mal hizo usted en dejarme en Bolivia”, esto debido a las enormes dificultades y miseria que tuvo que enfrentar para sobrevivir en Sucre…

Avanzando en nuestra Historia, mediante el conocimiento de estas cartas, resulta interesante la carta que dirige el vicepresidente Mariano Enrique Calvo al presidente Andrés de Santa Cruz: “Chile y la Confederación Perú Boliviana”. Sobre la misma, “a pedido del presidente peruano Orbegoso, Santa Cruz llevó al Ejército al Perú y derrotó a Gamarra en Yanacocha. El congreso de Sicuani proclamó la Confederación Perú Boliviana y una asamblea de representantes de los tres estados, reunida en Tacna, nombró al general Andrés de Santa Cruz como protector de la Confederación. Chile y la Argentina se movilizaron para destruir a la nueva unidad política”. El resto es historia conocida.

Avanzando en esta historia, resulta grato conocer “El diario del tambor de la guerrilla de Ayopaya”, el cual tiene una dedicatoria de José Santos Vargas al presidente de la República, Manuel Isidoro Belzu. Oruro 1850.

El texto comienza: “Como un miembro del Estado de la República boliviana tengo el grande honor de presentarme ante usted y poner en sus manos esta pequeña obrita del diario histórico de los hechos sucedidos en los valles de Sica Sica (hoy Inquisivi) y Ayopaya, escrito por mí de una y otra provincia, de uno y otro partido, mismo con todas sus circunstancias sucedidas en dichos valles de una y otra provincia, de uno y otro partido, tocante a la revolución de nuestra emancipación del gobierno de España”. Este texto fue encontrado por Gunnar Mendoza, Director del Archivo y Biblioteca nacionales de Bolivia.

¡Una carta interesante es la dirigida por Casimiro Olañeta al presidente Manuel Isidoso Belzu, la cual titula: “! ¡La barbarie amnistiando a la civilización!, 1857”. Solo presentamos un párrafo para ilustrar el pensamiento que la guía. Señor General Belzu: “Introducir la guerra civil, vivir empapado en sangre boliviana que con vuestras impías manos derramásteis y mandar un pueblo cuyas entrañas despedazáis, ¡y luego amnistías!, ¡Caín el fratricida amnistiando a su hermano Abel!”.

Una carta que revela la característica permanente de nuestra relación con Chile es la que dirige Rafael Bustillo, ministro en Santiago, al canciller Casimiro Corral, que señala: “Jamás los chilenos han dejado de ser inflexibles, crueles y malos”. Santiago 10 de septiembre de 1872. Señor Canciller: “Sin aversión profunda, ni rencor, (los chilenos) nunca jamás han dejado de ser inflexibles, crueles y malos. Esta última, señor ministro, es la palabra exacta: con Bolivia son malos. Para confirmar mi exactitud, ¿necesito hacer la historia lamentable de todas nuestras desavenencias con Chile, ni recordar la sempiterna viacrucis que han recorrido todas y cada una de las legaciones que hemos acreditado? Y son malos a sus anchas porque saben que no podemos dañarlos, lo cual es por desgracia tan evidente que no necesita demostración”. Un comentario breve, ha transcurrido más de un siglo después de esta misiva y ¿qué podemos comentar en la actualidad?

Para concluir, ya en el siguiente siglo. Ricardo Jaime Freyre le escribe a su hermano Raúl: “nuestra tierra es una odiocracia”. Expresión que se explica con el siguiente párrafo: “Soy un profeta: motines, sediciones, estados de sitio, destierros, todo lo pronostiqué si el Partido Republicano se dividía. Luché infructuosamente por la unión. La ambición y el despecho; el odio –nuestra tierra es una idiocracia-, el odio, sobre todo, me impidieron triunfar por completo, y me vencieron más tarde. Aquellos vientos trajeron estas tempestades”.

¿Las anteriores expresiones no nos recuerdan el presente? Hasta la próxima.