La agenda gubernamental 2020-2025 debe tomar en cuenta, como tema prioritario, el aspecto humano. Es decir una actitud que tienda a generar nuevos empleos en el contexto nacional. Con ello queremos significar que se debe dar cobertura a la vida, al futuro y al bienestar social. Se hizo algo, en ese sentido, pero falta mucho por hacer.
Que ratifique, obviamente, su vocación de servicio a favor de los desocupados que, dicho sea de paso, se multiplican, día que pasa. Es que los niveles de empleo se van deteriorando.
Que ofrezca empleo digno y adecuadamente remunerado, en consonancia con el crecimiento de la economía nacional. Remuneración que le permita al empleado cubrir las necesidades más elementales del cotidiano vivir. Que le permita educar y profesionalizar a sus descendientes. Que le permita bajar a la fosa con el deber cumplido.
Que al tratar este tema no despierte falsas expectativas ni incurra en discursos demagógicos. El pueblo boliviano está cansado de oír estos despropósitos. En consecuencia: la creación de nuevos empleos debe marcar el norte de la agenda gubernamental 2020-2025.
Muchos gobernantes se han aplazado en la tarea de crear nuevos empleos. Pocos lograron algo significativo. La cosa no fue fácil, pero tampoco es del otro mundo. Para ello tiene que primar la voluntad política. Sin ésta será difícil avanzar hacia ese objetivo.
Ante esta situación surgen las voces que sostienen, permanentemente, que no hay futuro en Bolivia. Que habría que irse a otra parte, donde haya mejores condiciones de vida.
Estas palabras reflejan la frustración social. Se fueron varios del país, en busca de empleo. También retornaron, porque dejaron familiares e hijos, acá. Algunos habrían ahorrado algún dinero, pero otros no lo hicieron. Esa es la odisea que el pueblo boliviano ha atravesado, por obtener, particularmente, pan, techo y libertad.
Que una experiencia de esta naturaleza no vuelva a empañar el horizonte patrio en el gobierno que viene. Por ello es urgente e imperioso buscar soluciones, mediatas e inmediatas, para el problema de siempre, el desempleo.
“El que no llora, no mama”, dice uno de los versos del tango “Cambalache”, de Enrique Santos Discépolo (1934).
De veras que tienen razón quienes sufren por encontrar un empleo. Quienes están a punto de perder la esperanza e ilusión porque se les hace cuesta arriba conseguir el sustento cotidiano. Y no tienen alternativa, por supuesto, que exigir una mejor calidad de vida, con empleo digno y bien retribuido.
Ojalá esta difícil situación sea atendida, debidamente, por quienes se harán cargo del gobierno, próximamente.
En suma: el bienestar social se impondrá a partir de la creación de nuevas fuentes de empleo.
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