El triunfo vence los intereses sectoriales

Cuando se triunfa vistiendo la camiseta de Bolivia, sin necesidad de comprobación científica o altos niveles de debate, el periodismo está en la facultad de decir qué deporte sobrepasó los intereses sectoriales y qué superó el umbral de la promesa para cosechar la realidad. Pero en conciencia de que todo triunfo viene después de un proceso de entrenamiento bien llevado, se puede tomar con mucha cautela la producción de nuestros representantes en los XVIII Juegos Panamericanos de Lima y simplemente esperar.

Existe un programa de formación de deportistas de alta competencia, presentado en marzo pasado por altas autoridades del Estado, cuya denominación es “Tunkas”, a través del cual se brinda la oportunidad a

jóvenes practicantes de diferentes disciplinas, de entrenar en medio de condiciones adecuadas para su correcta formación.

Cien de ellos ya fueron presentados como “sujetos integradores de una nueva generación de élite” cuya consigna es la obtención de campeonatos internacionales y medallas olímpicas.

Antecedidos por algunos valores reconocidos en diferentes disciplinas, este grupo de jóvenes de entre 15 a 18 años de edad salieron de los Juegos Deportivos Plurinacionales y formarán parte de la categoría “C”.

El Ministerio de Deportes y la empresa privada aseguraron incentivos mensuales, seguro médico, pasajes para viajar a competir torneos nacionales e internacionales, alimentación y estadía en los centros de alto rendimiento para convertirse en los nuevos deportistas de élite del país.

El Ministro de Deportes, Tito Montaño, sostuvo que los nuevos integrantes “Tunka”, son deportistas que se formarán con una proyección para los Juegos Bolivarianos de la Juventud de 2020 y para los Juegos

Panamericanos 2027, que Bolivia ha pedido como sede.

Siendo propositivos y creyendo en la buena fe de este designio, esperemos que el proceso no sufra interrupciones y que se constituya en la base histórica que todos estamos esperando. El nivel del deporte se mide a base de triunfos. Lo demás es “verborrea”.

Ghilka Sanabria Pradel,

es periodista