Buscando la verdad
Conservar la salud y la vida, o perder empleos y sufrir escasez mañana, es la gran discusión en el mundo, luego que el coronavirus trae dolor a cientos de miles de personas afectando su salud; mata a decenas de miles y paraliza la economía, empujándola hacia una de las peores recesiones, con inimaginables consecuencias para millones de empresas y trabajadores.
Los gobiernos están tomando diferentes medidas para proteger la salud de su población y su economía, pensando en sus ciudadanos. Los más pudientes disponen de sumas siderales para gastos médicos, alimentos y acceso a servicios básicos, y medidas de salvataje con el más puro estilo Keynesiano con políticas monetarias rebajando las tasas de interés al mínimo, y políticas fiscales para sectores estratégicos, sin que nadie se ruborice, mucho menos el presidente Trump que dejando atrás momentáneamente el libre mercado, hace lo que debe hacer.
Mientras el número de contagiados crece y aumentan los muertos, se plantea una discusión sobre la mejor forma de enfrentar el problema: entre el lockdown horizontal que supone una cuarentena y aislamiento obligatorio, paralizando la economía, y el lockdown vertical que, sin detener la producción, el comercio y los servicios, focaliza la atención en grupos de brote y sectores vulnerables.
Veamos ahora qué pasa en Bolivia. El esfuerzo por controlar el virus con una cuarentena total o lockdown horizontal, fue relativamente exitoso hasta que lo inevitable ocurrió con la primera muerte por coronavirus el 29.03.2020, sumándose luego nuevos decesos. ¿Qué hacer de aquí en más? ¿Cómo romper el falso dilema entre preservar la vida versus cuidar la economía?
La cuarentena está dispuesta hasta el 15 de abril de 2020 y si bien el gobierno ha tomado medidas de alivio para el empresariado y la ciudadanía... ¡cuánta angustia hay por el pago de sueldos en las empresas que, viniendo de ser golpeadas por el paro nacional de tres semanas y la convulsión social en 2019, no han generado ingresos ante una economía parada!
Frente al riesgo de perder miles de empresas y cientos de miles de empleos, pensar en un lockdown vertical será posible, sí y solo sí se da el compromiso de todas las instancias de gobierno para generar medidas adicionales en pro de la salud y la economía, así como de la sociedad civil -empezando por los políticos- de respetar las normas y coadyuvar a tal esfuerzo con toda responsabilidad. De no ser así, se lamentará la pérdida de muchas más vidas y se sufrirá hambre el día de mañana.
El autor es Economista y Magíster en Comercio Internacional.
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