El Estado boliviano frente al Covid-19

En cada periodo de tiempo, las pandemias azotan al mundo, y es por eso que las grandes potencias orientan sus investigaciones "en interés de la seguridad nacional" y las incorporan a las políticas de Estado, como una de las cuatro principales amenazas o riesgos a la seguridad.

La aparición del coronavirus está provocando la aceleración de la crisis económica a nivel global. Por supuesto, Bolivia no está exenta del impacto, más aún cuando enfrenta tres grandes debilidades: La primera debilidad del Estado es que no cuenta con un fondo de reservas económicas suficiente para enfrentar cualquier contingencia, luego de 15 años de oportunidad para hacerlo. Por el contrario, se incrementó a gran escala la deuda externa.

La segunda debilidad del Estado es la aparición del coronavirus en un periodo de elecciones y un gobierno "de paso"; situación que es aprovechada por algunas organizaciones políticas, cuyo propósito es destruir la confianza y el rechazo a los actuales mandatarios, a esto se agregan los grupos radicales que promueven la sedición a través del "fake news" para crear una revuelta nacional.

La tercera debilidad del Estado es el carácter de indisciplina de las personas, por cuanto nuestro sistema democrático está mal interpretado por nuestra sociedad, somos reacios a cualquier tipo de imposiciones, por definición, y dentro de eso, tenemos "un poco de anárquicos". La gente desobedece a las autoridades, insulta a los policías y militares, comete un sin número de tropelías, en lugar de reaccionar positivamente.

Frente a esta crisis, Bolivia está en una posición muy vulnerable, nuestro sistema sanitario endeble, con dotaciones insuficientes, con alta tasa de urbanización y desempleo en las principales ciudades, con muchos cinturones de barriadas marginales en condiciones muy malas de insalubridad, con unidades familiares que viven en hacinamiento, y esto es un caldo de cultivo para que haya una expansión exponencial del virus en el país.

En el plano económico, es un país que tiene un nivel elevado de informalidad y esto significa que el padrón de la sociedad sin ningún tipo de ingreso fijo es extremadamente alto, por tanto, el margen que tiene el gobierno para responder a esos efectos de la crisis es muy escaso, porque al tener mandato transitorio solo tiene capacidad para dedicarse a "suavizar" la crisis.

Estamos viviendo un primer episodio y nos quedan muchos capítulos, aprovechemos la oportunidad de replantear una serie de disfunciones en el orden económico, político y social; reordenando los ámbitos: sanitario, fiscal, laboral, económico, de integración, migraciones y desplazados en general, es la oportunidad de enderezar el árbol para crear una sociedad mucho más justa y disciplinada.

El autor es Abogado, Cnl. (Ret), profesor universitario.