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Cochabamba

Al menos 40 personas asistieron a entierro sin protección en Punata



Al menos 40 personas asistieron el sábado por la mañana al entierro del primer paciente fallecido por Covid-19 en Cochabamba en el cementerio de la población del Punata, sin cumplir ninguna medida de bioseguridad, debido a que los familiares no alertaron que se trataba de un paciente sospechoso, declaró a Los Tiempos digital la alcaldesa del municipio, Clary Mabel Montaño Terceros.

A ello se suma que el personal del cementerio de Punata también se expuso al contagio del coronavirus, debido a que procedió como con cualquier otro entierro e, incluso, se colocó al difunto en un nicho; cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los fallecidos con Covid-19 sean enterrados de inmediato de dos formas: cremados o en una tumba bajo tierra.

Por ese motivo, la alcaldesa informó que se ha pedido a la Caja Nacional de Salud (CNS) y a la familia que realicen el traslado del ataúd del nicho al suelo. Dijo que se ha instruido que se realice una excavación, pero que el personal del cementerio ya no intervendrá, porque ya se lo ha comprometido bastante; dice el informe del periódico cochabambino.

Montaño lamentó que la CNS no les haya comunicado oportunamente que existía un paciente sospechoso con Covid-19, que luego se confirmó con exámenes de laboratorio para que coordinen las medidas de bioseguridad para el entierro.

Sólo se conoce que la CNS envió el cuerpo con las bolsas de seguridad, pero desconocen si las mismas se mantuvieron hasta el entierro para disminuir el riesgo de un contagio del virus. Se espera que los familiares aporten más datos sobre las previsiones que tomaron al saber que se sospechaba de Covid-19, pues, inicialmente sólo dijo que el paciente, de 68 años, falleció por una fibrosis pulmonar.

Sin embargo, la alcaldesa ratificó que se ha endurecido la cuarentena por la emergencia sanitaria con el cierre de mercados y actividades financieras en el municipio hasta el 13 de abril. También se decidió aislar a la comunidad de Tajamar, donde vivía el paciente, para facilitar el rastrillaje de contactos que debe realizar el Sedes para cortar la transmisión del virus.

La zona “está militarizada, nadie puede moverse con ello queremos paralizar todas las actividades comerciales, sociales y económicas para facilitar el rastrillaje del Sedes”, dijo a Los Tiempos digital.

 
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