La pandemia del coronavirus no cambiará a la sociedad humana en lo esencial, ni mucho menos, como opinan algunos futuristas. Cambiará, sí, en algunos aspectos de forma, pero en lo principal seguirá sometida a las leyes del desarrollo universal.
De esa ley del desarrollo --o sea del movimiento de cambio desde lo inferior y simple a lo superior y complejo y que pasa de lo viejo a lo nuevo-- no escapa la sociedad boliviana que, por su parte, seguirá su propia línea de vida, inevitablemente.
El desarrollo es propio de los sistemas inorgánicos, así como del reino animal, de la sociedad humana, y el conocimiento está sometido a normas del desarrollo de la naturaleza, reglas que la sociedad boliviana está obligada a cumplir y las que no puede eludir, excepto por arbitrarias decisiones.
En cuanto a esas leyes del desarrollo, Bolivia tiene la tendencia de avanzar, aunque no siempre lo haga en forma lineal o pendular y se desvíe de derecha a izquierda, con breves interrupciones, aunque siempre esté buscando y tratando de encontrar el sendero de su verdadero destino.
Ese proceso de sobrevivencia tiene su expresión objetiva en los actuales momentos de la vida política que atraviesa el país, con un gobierno que es producto de una conmoción social, como es el de la señora Jeanine Áñez. Entre otros momentos está la lucha por encontrar un propio destino histórico, aspecto político específico, tal vez olvidado por los partidos políticos y enviado al archivo de antigüedades.
En efecto, el gobierno de Evo Morales dejó al país bajo un régimen anarco-populista y ahora el pueblo boliviano se encuentra ante el dilema de buscar y elegir el camino que le corresponde. En ese sentido, existen tres líneas políticas para escoger, que saltan a la vista y son:
1) Mantener en forma invariable el reaccionario régimen anarco-populista, antihistórico y contrario al avance de la nación (como el reloj de la plaza Murillo). 2) Conservar invariable ese régimen anarco-populista para “perfeccionarlo”. 3) Cambiar ese caduco régimen por otro totalmente nuevo que marcha por la vía del desarrollo.
Según se observa en la actualidad en el tablado político, el partido de Evo (MAS) quiere volver al gobierno para seguir aplicando el modelo ideológico anarco-populista a como dé lugar, o sea retroceder a la vieja comunidad para construir el socialismo sin pasar por la etapa capitalista.
Por otro lado, está una segunda corriente política, con influencia en el gobierno, nos referimos a la de partidos tradicionales, que no se sabe lo que quieren, pero que consciente o inconscientemente desearían seguir la línea populista del régimen caducado en noviembre pasado, para su “perfeccionamiento”, actitud que revelan en sus acciones.
Finalmente, se presenta una tercera tendencia que propone un cambio total del viejo régimen por otro nuevo --de acuerdo con las necesidades históricas del país--, capaz de superar los resabios coloniales y neofeudales existentes y desarrollar el más avanzado régimen nacional y democrático, que sea expresión de la realidad nacional y mundial… Aunque habrá que preguntarse ¿quién le pone el cascabel al gato?
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