El presidente constitucional de Brasil insiste en que la epidemia del corona virus..." es una fantasía... es una pequeña influenza que va a pasar como todas las gripes..." en el país más grande y poblado de Suramérica que hasta el martes 28 de abril de 2020 tenía oficialmente 72.899 infectados de virus... y 5.063 muertos, aunque extraoficialmente los números ascienden mucho más porque están muriendo en casa y porque no conviene al gobierno darlos a conocer. Tampoco por lo visto conviene aumentar el número de pruebas individuales que desde ya Brasil es el país con miles de enfermos que menos ofrece material de prueba individual a su población. Y corre la voz de que hay mucha prueba dudosa, fuera de que viene ofreciendo 12 veces menos pruebas que Irán y 32 menos que EEUU donde, a propósito, tampoco hay un líder que haya agarrado el toro de esta pandemia por los cuernos. Dios los crea y ellos se juntan por convicción dizque políticamente conservadora... pero éticamente desaforada.
Luiz Henrique Mandetta, el conocido y popular Ministro de Salud, nombrado en su momento por Bolsonaro, ha venido mostrando desacuerdo públicamente con el presidente lo que enardeció a éste que en un ataque de furia recientemente lo despidió. Este proceder ha molestado a gente que sabe que la pandemia no es para hacer política ni mucho menos demostrar poco tino y cordura en un momento de crisis nacional que requiere el concurso de los que saben científicamente de la materia, como Mandetta. Esto hizo decir al periódico OGlobo: "hay un inmenso esfuerzo de negación de la pandemia por parte del gobierno federal." Otro problema es que los adeptos a Bolsonaro buscan la reapertura de negocios arguyendo la salud de la economía y pasando por alto, ignominiosamente, la existencia de la pandemia.
El nuevo ministro de salud, Nelson Teich, ha insistido en la política de pruebas individuales para lo cual apronta la compra de 46.000.000 de pruebas que según él son suficientes "para una quinta parte de la población" que insiste "representará a toda la población", pero no ha dicho cuándo llegarán ni de dónde proceden. Lo que sí se sabe es que Brasil no tiene la capacidad de producción de las pruebas que se necesitan ni tampoco los recursos para importar las cantidades suficientes para satisfacer la demanda lo que no puede menos que dejar en pañales los desplantes impertinentes del flamante ministro y también del exmilitar presidente.
T. McCoy y H. Traiano del WP citan al economista L. Costa Ribeiro, U. Federal de Minais Gerais: "La gran conclusión es que no sabemos la realidad del escenario". El científico Domingos Alves de la U. de San Pablo mostró su enojo al hablar de la diferencia entre lo que afirma al gobierno de la pandemia y lo que los datos muestran. Y éstos demuestran que la pandemia crece y que el número de muertos, como van las cosas comandadas por Bolsonaro, dejarán pequeño al desastre de Guayas en Ecuador, donde los muertos se dejaban en las calles hasta hace poco porque no había espacio en las casas mortuorias ni en las morgues.
Luego el WP acota que un cavador de fosas del inmenso cementerio Vila Formosa de San Pablo comentaba que había notado muertes extrañas a principios de marzo, semanas antes de que las autoridades de Brasil dieran a conocer las primeras muertes por corona virus, que por entonces eran atribuidas a pulmonías o fallos respiratorios que... "eran las causas de muertes en invierno... pero no en el verano brasileño," dijo el cavador.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |