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Organizaciones sociales en tiempos de Covid 19

Ricardo Mamani Ortega

En el contexto de la crisis sanitaria mundial, hay un enemigo común denominado coronavirus (Covid-19) que amenaza a la humanidad con una catástrofe sanitaria. Por un lado, este enemigo invisible es "democrático", mata sin diferenciar clase social, etnia, lengua, raza, etc. No diferencia entre rico y pobre, empresario y trabajador, indígena y no indígena. Mata sin considerar la condición social o económica. Por otro lado, cuando se impone la cuarentena, el encapsulamiento, el aislamiento social para evitar la propagación y el contagio, la crisis económica se acrecienta, el hambre llega a afectar a los diferentes sectores sociales, sobre todo a las familias de escasos recursos, a quienes viven en extrema pobreza; el hambre es un problema que va en aumento, aunque ya era un problema grave antes de la pandemia.

1. Antes de la pandemia y cuarentena, el gobierno satanizó a las organizaciones sociales, estigmatizándolas como "hordas", "delincuentes", "narcotraficantes", inclusive satanizó a la ciudadanía de a pie, toda persona que no comulgó con el actual gobierno fue considerada afín al MAS. Lo cierto es que la élite de personas "llunk'us" de Evo Morales, en nombre de la organización social, en nombre del pueblo, en complicidad con el anterior gobierno, provocó que se deslegitimara la dirigencia, inclusive a su propia organización ante la ciudadanía.

En la actualidad, el gobierno transitorio no es incluyente porque sataniza y se ha dedicado a perseguir y acallar la libre expresión, igual que el anterior gobierno. Pero existen organizaciones sociales, de base y legítimas, que el actual gobierno no toma en cuenta. Se agravó la situación, ya que no se tomó en cuenta a las organizaciones para trabajar conjuntamente y enfrentar este mal momento que padece la humanidad, la crisis sanitaria, una catástrofe biológica.

2. Durante la cuarentena, el gobierno transitorio, en sus palabras, mencionó: "juntos contra la pandemia", pero en la realidad no hay una lucha conjunta, es una de las razones por la que existiría el incumplimiento de la cuarentena, ese slogan parece ser un saludo a la bandera, debido que hubo marginación, aislamiento y distanciamiento de las organizaciones sociales. No tomaron en cuenta que estas tienen una admirable, y efectiva capacidad organizativa; en el área rural están organizadas en ayllus, markas, comunidades, provincias, comunidades, etc.; en áreas urbanas tenemos los barrios, distritos, macro distritos, etc. También existen sindicatos, asociaciones, federaciones, confederaciones, etc.

Aun así, el gobierno no las tomó en cuenta, porque tienen el prejuicio de no trabajar con estas organizaciones porque las consideran afines al MAS. Solo toma en cuenta a pocas organizaciones que son allegadas, "llunk'us" al gobierno de transición; no se trata de trabajar con las élites de las organizaciones, así como lo hizo el MAS, sino debe tomar en cuenta a las organizaciones sociales de base, dirigentes legítimos, quienes son electos de acuerdo con sus usos y costumbres. Inclusive, dejando de lado el color político. La lucha contra la pandemia se debe enfrentar entre todos, sin distinción de clase ni etnia, se debe procurar la coordinación entre gobierno y sociedad civil.

La cuarentena es una medida que puede frenar la propagación de la pandemia, evitando el contagio del virus, pero al mismo tiempo las familias están condenadas a enfrentar el hambre. Es cierto, como dijo el Gobernador de La Paz, Dr. Félix Patzi: "Hay gente que puede aguantar y otra que ya no puede resistir". Familias desempleadas, comerciantes, transportistas, albañiles, carpinteros, universitarios, profesionales desempleados, que ya no pueden soportar la cuarentena. Son las que están sufriendo de hambre. Ejemplo, familias con trabajo informal tenían ingreso diario de Bs.15 en promedio, ahora con la cuarentena no tienen ingreso económico para subsistir. Las fresqueras de k´isa me decían: "prefiero morir con coronavirus que morir de hambre".

Estas familias son parte de varios sectores sociales, a través de la organización se pronuncian, no están dispuestas a aceptar la ampliación de la cuarentena. Porque el hambre es un problema que en la actualidad se agrava. La cuarentena evita la propagación de la pandemia, pero no evita el hambre. Así como se pronunció un sector social de la Federación Andina de Choferes de la ciudad de El Alto: "Esta es la última ampliación hasta 30 de abril, luego nosotros no tenemos nada más que hablar, esta prolongación de la cuarentena es lo último, no vamos a aguardar más, somos claros". Es probable que el trasporte público pueda convertirse en foco de infección, si se cumple ese anuncio.

Entonces, el problema entre el contagio y el hambre es muy grave. ¿Qué hacer para evitar el contagio por la pandemia, cuando las familias quieren salir a trabajar para evitar el hambre? Es cómodo imponer la cuarentena desde el gobierno, pero es difícil exigir que la sociedad lo cumpla.

Mientras haya coordinación y planificación entre todos: sectores sociales, magisterios, universidades, empresariales, políticos, municipios, gobernaciones, policías, fuerzas armadas y el gobierno central, para evitar el contagio y el hambre, será una buena alternativa para el tratamiento de Covid-19. Si no hay predisposición para la unidad, los sectores sociales a través de las familias, saldrán todos de golpe a trabajar por cuestión de hambre, sin tomar en cuenta que el contagio agravaría la salud de las familias. Entonces el gobierno tiene la obligación de planificar con todos los sectores.

Por ejemplo, las organizaciones sociales del sector social de transporte se pronunciaron por no aceptar la cuarentena después del 30 de abril. Entonces, el gobierno para evitar el contagio tiene la obligación de coordinar con este sector social; si se llega a un acuerdo entre gobierno y transportes, inclusive puede aportar en mejorar el esfuerzo que hacen los militares y policías con mucho sacrificio. Hay que considerar la propuesta de estas organizaciones, así como lo mencionó el Gobernador de La Paz: "hay que trabajar con los sectores sociales. Por ejemplo, me reuní con los transportistas y tienen un planteamiento interesante, ese sector propone circular según el número de placa de su vehículo, y por día, para que no salgan todos de golpe a la calle".

Entonces, ¿los transportistas de qué viven? No es lo mismo un transportista y un comerciante. Algunos comerciantes, aunque infringiendo la cuarentena, tienen la posibilidad de vender productos para llevar el pan de cada día a sus casas. ¿Qué de otros comerciantes? Por un lado, a las familias los bonos los están ayudando a paliar el hambre, pero no es suficiente. Por otro lado, hay grupos sociales excluidos de los bonos; por ejemplo, abuelos con nietos a su cargo que necesitan de vehículos para movilizarse o casos en que el banco rechaza pagar el bono familiar a sus nietos; familias que trabajan y viven de la ganancia del día, otros carecen de documentos de identidad, también hay hijos que no van a la escuela.

Las organizaciones sociales tienen identificadas a las personas vulnerables, inclusive ayudan a las familias que viven en la pobreza y extrema pobreza, como la Junta Vecinal de la Urbanización "21 de Octubre B", del Distrito 7 de la ciudad de El Alto, tienen alojadas en su sede social a tres familias desalojadas de una propiedad donde eran inquilinos y vivían en condiciones precarias.

Los sectores sociales están comprometidos a respetar la cuarentena, eso no significa apoyo político a la presidenta y candidata Jeanine Áñez, sino por precautelar la salud de sus afiliados que pertenecen a su organización social. Algunas organizaciones emiten votos resolutivos, instructivos, comunicados en cumplimiento al Decreto Supremo 4.200 para evitar la propagación del coronavirus, otros deciden encapsularse en las urbanizaciones, en los municipios y las provincias, sin necesidad de esperar la instrucción del gobierno, porque las organizaciones tienen mecanismos de control y autocastigo. No se está aprovechando esta potencialidad de la sociedad.

Ricardo Mamani es sociólogo, Director de Coordinación con Organizaciones Sociales de la Gobernación de La Paz.

 
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