Chapare, republiqueta de las 6 federaciones cocaleras

La Constitución Política del Estado establece en el Artículo 384 que “El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley”. Por tanto, la coca originaria y ancestral solo está en los yungas de La Paz.

Basado en datos de la Dirección General de Coca e Industrialización, el representante en Bolivia de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), César Guedes, asevera que en Bolivia existe un excedente de 19.000 hectáreas, que los cultivos de coca en el Tipnis aumentaron, que el 22% de cultivos de coca se encuentra en Cochabamba, están en Parques nacionales que están prohibidos y con base en el estudio gubernamental de 2013, se realizó un informe en 2017. El informe establece que el 94% de la coca del Chapare no pasa por el mercado legal de Sacaba, en el departamento de Cochabamba.

Por tanto, se resume que: 1) El mercado interno demanda 20.600 toneladas métricas (TM) de hoja de coca; exportaciones 3.700 TM, total 24.300 TM. 2) Superficie cultivada con base en la productividad, Yungas 15.900 Ha, Norte de La Paz 220 Ha, Trópico Cochabamba 8.400 Ha, Aéreas Protegidas 253 Ha. Suman un total de 24.773 Ha que fueron ampliadas por la Ley General de la Coca sin consenso con los cocaleros de los Yungas, porque favoreció a las 6 federaciones del cocalero fugado, por el autoritarismo que le caracterizó en los 14 años de gobierno anterior.

Hoy el Chapare es la segunda región mundial productora de coca a gran escala, después del Perú, con un promedio de 280 TN por año, cultivadas en unas 32.000 Ha, un 60% más de superficie que existía antes de 2005. La misma ha sido incrementada por el cocalero Morales en 2017 hasta las 20.000 Ha, de las 12.000 que existían. Representa un gran negocio para los narcotraficantes. Los datos indican que el kilo de sulfato de cocaína “pasta base” en el Chapare cuesta 5.000 $us, los “tragones” llevan en su estomago con riesgo de sus vidas hasta 1 kilo y medio de droga. En Colombia, donde es transformado en clorhidrato, puede costar hasta 15.000 $us y en EEUU cuesta entre 40 y 60.000 $us la “pasta” y terminado vale entre 200.000 y 500.000 $us. La policía ha informado sobre incautaciones importantes en las carreteras cochabambinas, no se sabe con precisión los operativos.

Para corroborar lo que pasa en la “republiqueta”, donde tienen temor a ingresar las fuerzas del orden, el sábado 11 en la mañana, ante denuncias de tráfico ilícito de drogas derivadas de la coca con apoyo de dirigentes y personajes del gobierno del cocalero Morales, la patrulla de Umopar ingresó al Sindicato San Rafael de Villa Tunari para verificar la existencia de pista clandestina, donde llegaban avionetas que trasportaban sustancias controladas. Esta patrulla fue emboscada por un grupo de narcotraficantes encapuchados, en la que resultaron heridos de bala dos efectivos, Isaac Limachi y Rubén Tola, éste último fue trasladado a Santa Cruz, porque sus lesiones eran graves.

Recordemos que ante ausencia policial, en Shinahota un joven fue brutalmente golpeado y el 8 de diciembre Bladimir Capari Mamani de 16 años fue atado a un palo santo, atacado por hormigas hasta morir, ambos acusados de ladrones.

Lamentablemente, la policía solo pudo retornar al Chapare el miércoles 15, pero los dirigentes cocaleros dieron 24 horas para que los policías dejen el lugar, con el argumento de que no coordinaron su ingreso a la zona. Esa noche unas 100 personas rompieron la cuarentena y agredieron y expulsaron a los policías, que estuvieron en esa regional para hacer cumplir el aislamiento por el coronavirus.

Exigimos el retorno de la institucionalidad de acuerdo con la Constitución, porque se está generando aumento de violencia, disminución de la seguridad ciudadana, el crecimiento del consumo interno de la cocaína por nuestra juventud, ya que el narcotráfico es un delito que genera corrupción, vinculado a la trata y tráfico y el enriquecimiento ilícito, para ello es importante cuantificar la producción nacional de coca que genera Bolivia

La autora es Abogada, ex Asambleísta Constituyente.