Víctor Paz Estenssoro politizó la administración pública

Es de conocimiento general que con el advenimiento del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) al poder gubernamental de Bolivia, el 9 de abril de 1952, dizque porque había ganado en las elecciones generales de 1951 por amplia mayoría a la Rosca minero-feudal, no solamente ofrecía la Reforma Agraria y la Nacionalización de las Minas sino también un futuro de grandeza al pueblo boliviano. Y es más, porque el líder indiscutible del MNR, Víctor Paz Estenssoro, apenas llegó de Buenos Aires, República Argentina, país donde vivió a cuerpo de rey el sexenio dorado (1946-52), declaró públicamente que gobernaría nuestro país durante 100 años. Esto es repitiendo el discurso que hizo Adolf Hitler, cuando fue nombrado presidente de Alemania en 1935, quien dijo que gobernaría a su país y al mundo por 1.000 años.

Ahora bien, Víctor Paz Estenssoro ni bien fue posesionado en su alto cargo de Presidente de la República de Bolivia, lo primero que hizo fue politizar la administración pública, y echó por la borda 107 años (desde el 6 de agosto de 1825 al 9 de abril de 1952) en los que altos cargos jerárquicos, como de ministros, siempre fueron ocupados por profesionales egresados de universidades nacionales y extranjeras. También había profesionales en los cargos de asesores, jefes de departamentos o secciones, que a la vez estaban conformados por funcionarios de planta. En una gran mayoría ellos cursaban estudios universitarios con la esperanza de llegar, con el pasar de los años, a cargos superiores, manteniendo de esa manera el buen prestigio de la carrera pública administrativa del Estado.

Es importante aclarar que la Administración Pública del Estado instauró en nuestro país la "carrera administrativa", y que fue copiada por las empresas privadas, y que a pesar de 68 años de nuestra vida convulsionada, política y demagógica, (1952-2020), gracias a Dios ha seguido en vigencia.

La "Carrera administrativa gubernamental" dejó de existir desde el 9 de abril de 1952, cuando hordas de militantes del MNR asaltaron todos los edificios donde funcionaban los distintos ministerios gubernamentales, y con el grito de "¡muera la rosca!, ¡mueran los tres barones del estaño!, ¡muera la derecha!", una vez que rompieron puertas lo primero que hicieron fue dirigirse hasta los estantes donde estaban archivados los documentos relacionados con nuestra vida republicana. Y no conformes con romperlos y arrojarlos desde las ventanas superiores a las calles, otros movimientistas que ya habían prendido fogatas con los muebles también arrojados, convirtieron en cenizas nuestra historia gubernamental republicana.

La "Carrera administrativa gubernamental" dejó de existir gracias a los neófitos militantes partidarios, ahora en funciones públicas y que además venían con sus barras bravas que los acompañaban en todas las presentaciones político-demagógicas que realizaban, para que los aplaudan ininterrumpidamente, dando la sensación de que gozaban del apoyo de todo el pueblo. Farsa que en sus distintas modalidades fueron usando todos los presidentes de izquierda, de centro, de derecha, así como los gobiernos de facto que se sucedieron hasta diciembre del año 2005, cuando ganó fraudulentamente las elecciones generales el binomio presidencial de Evo Morales y Álvaro García Linera, del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido político de las seis Federaciones de productores de coca del Trópico de Cochabamba, dizque de tendencia populista, y a cuyo eterno secretario general, Evo Morales Ayma, durante los catorce años en los que anticonstitucionalmente se reeligió por cuatro períodos (2006-19), no le importó la dignidad personal ni familiar de los funcionarios públicos del Estado.

No solamente los "obligó", mediante la amenaza de perder sus fuentes de trabajo, a asistir obligatoriamente junto a todas sus familias, para que simulen concentraciones multitudinarias político partidarias, tanto en ciudades del interior como en poblaciones indígenas deshabitadas y abandonadas. Y para el colmo, obligándoles a pagar los gastos por su transporte, alimentación, hospedaje y la compra de gorros, poleras, chamarras, chalinas y banderas impresas con los colores del MAS y además con los retratos en colores del presidente cocalero.

En este nuevo contexto de emergencia sanitaria, esperamos que los dos tercios del parlamento masista dejen de poner trabas a la labor gubernamental de institucionalizar nuestro país, así como también dejen de alentar a los cocaleros del Chapare cochabambino para romper la cuarentena por el "coronavirus" y dejen de incentivar y apoyar públicamente la subversión masista.

Y por último, es urgente que el gobierno constitucional de la Dra. Jeanine Áñez Chávez dicte un decreto supremo que reactualice la "carrera administrativa pública", y prohíba terminantemente la politización que el MAS perfeccionó. ¿Verdad que sí?