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Los pequeños productores del Este y Norte de Santa Cruz recién solicitan que sus deudas sean reprogramadas a largo plazo, o que el Banco de Desarrollo Productivo o Banco Unión las compren a los acreedores, la creación de un fondo, debido al endeudamiento acumulado desde hace años, por los bajos rendimientos de sus cosechas.
Con urgencia necesitamos que las deudas de los pequeños productores sean reprogramadas a largo plazo. No podemos pagar los créditos porque estamos endeudados de años, y las cosechas resultaron deficitarias, así que demandamos que el gobierno se ocupe de nosotros también, como se está ocupando de otros para que sigamos produciendo y no tengamos que vender nuestras tierras y dedicarnos a otra actividad, señaló Isidoro Barrientos, Presidente Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (CAPPO).
“Hemos visto que el Gobierno está atendiendo a los micro, pequeños y medianos productores de la ciudad, pero se ha olvidado del campo, y en el campo hay mucha pobreza, pese a que los pequeños productores somos la mayoría y tenemos familia que está sufriendo y no estamos siendo atendidos”, lamentó.
Sin embargo, la Presidenta jeanine Añez, el pasado viernes, dijo que apoyará al sector agropecuario de occidente y oriente, y abrió la posibilidad de ampliar la tecnología en la agricultura para mejorar los rendimientos con vista a la exportación.
El representante del sector demandó al Gobierno un Plan de Reactivación para el sector, que sea integral. “Las organizaciones de los pequeños productores saben lo que hace falta en el campo: buena semilla, financiamiento, acopio, caminos, riego, dependiendo la zona y los cultivos”, acotó.
Dijo que los pequeños productores de soya, principalmente, y de otros granos de rotación en invierno como maíz, sorgo, trigo y girasol, están al borde de la quiebra por motivo de las pérdidas que han tenido por varios años a causa del clima.
“La cosecha ha sido mala, el rendimiento ha bajado a 1,9 toneladas por hectárea en promedio”, señaló a tiempo de solicitar el uso de biotecnología como en otros países.
“Es urgente tener semillas mejoradas para que la planta resista el ataque de bichos pero también para que la soya resista la falta de agua. Si hubiera esa tecnología como en Brasil, Argentina o Paraguay, el pequeño productor gastaría menos en insecticidas, y la soya rendiría más, ya que la sequía no le afectaría mucho a la semilla mejorada genéticamente. Por eso los productores pequeños demandan urgente aprobación de semillas mejoradas de soya, también de algodón, maíz, trigo y caña para producir mejor y no seguir perdiendo plata y endeudándose”, apuntó.
