Bajo directrices seguras
A nivel internacional, el mundo se prepara para que los estudiantes retornen a las escuelas de manera segura, y en este objetivo la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Banco Mundial publicaron directrices sobre la reapertura segura, cuyo cierre afecta a casi 1.300 millones de alumnos.
Mientras en Bolivia se mantienen suspendidas las clases hasta el 31 de mayo. Sin embargo, algunos establecimientos educativos empezaron a enseñar a través de las redes sociales, que en algunos casos recibieron críticas debido al acceso desigual de las herramientas digitales.
Entre tanto, hace una semana y más, el Ministerio de Educación suscribió un acuerdo con Microsoft y la Universidad Católica Boliviana para capacitar a 150.000 educadores en herramientas digitales.
PANDEMIA DEL COVID-19
En las directrices se advirtió que el cierre generalizado de los establecimientos educativos en respuesta a la pandemia de la Covid-19 representaba un riesgo sin precedentes para la educación y el bienestar de los niños, especialmente para los niños más marginados que dependen de la escuela para su educación, salud, seguridad y nutrición.
En las directrices se brindan consejos prácticos a las autoridades nacionales y locales sobre la manera de garantizar la seguridad de los niños cuando regresen a la escuela.
“A pesar de que muchos estudiantes se están quedando atrás en su trayectoria de aprendizaje debido al cierre prolongado de las escuelas, la difícil decisión de cuándo y cómo reabrir las escuelas debería ser una prioridad”, dijo Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “Una vez que se dé luz verde desde el punto de vista sanitario, habrá que adoptar toda una serie de medidas para asegurar que ningún alumno quede atrás. Estas directrices proporcionan una orientación general a los gobiernos y los asociados a fin de facilitar la reapertura de las escuelas para los estudiantes, los docentes y las familias. Tenemos un objetivo común, esto es, proteger y promover el derecho a la educación de todos los educandos”, agregó.
“El aumento de la desigualdad, los deficientes resultados sanitarios, la violencia, el trabajo infantil y el matrimonio infantil son solo algunas de las amenazas que se ciernen a largo plazo sobre los niños que no asisten a la escuela”, dijo Henrietta Fore, directora General del UNICEF. “Sabemos que cuanto más tiempo permanezcan los niños fuera de la escuela, menos probable es que regresen a ella. Si no damos prioridad a la reapertura de las escuelas, cuando ello sea posible en condiciones de seguridad, es probable que los logros educativos se inviertan provocando consecuencias devastadoras”, agregó.
En las directrices se observa que, si bien todavía no hay datos suficientes para medir los efectos del cierre de las escuelas en las tasas de transmisión de enfermedades, las consecuencias perjudiciales del cierre de las escuelas en la seguridad y el aprendizaje de los niños están bien documentadas. Los avances logrados en el aumento del acceso de los niños a la educación en los últimos decenios se podrían perder o, en el peor de los casos, invertir por completo.