El Barcelona asume la gran dificultad que conlleva fichar a Lautaro Martínez. Lo sabe bien. Por eso los técnicos llevan semanas trabajando en su incorporación. En los despachos son conscientes de que resulta un atacante interesante para muchos clubs, pese a su elevado precio, y por eso no le sorprende que ahora el PSG, con el que la entidad catalana tiene serias desavenencias, se sume a la puja y pueda obstaculizar su llegada. Pero el cuadro culé confía en una carta importante: el deseo del argentino de jugar en el Camp Nou.
El Barza lleva años siguiendo a Lautaro y meses tanteando su llegada para este próximo verano. El principal inconveniente para cerrar la operación es su elevado precio: el conjunto catalán deberá abonar 111 millones de euros al Inter de Milán. Para rebajar esa cifra, la institución catalana quiere introducir jugadores en la operación, Arturo Vidal y Semedo son las principales opciones. La negociación no está siendo sencilla, y está en su fase inicial, porque el cuadro transalpino no está poniendo facilidades y porque hay otros clubs interesados. El Inter, que le ha ofrecido incluso la renovación, no quiere precipitarse.
La entrada en escena del PSG, también han mostrado interés el Real Madrid y el Manchester City entre otras grandes instituciones europeas, no inquieta en exceso a los técnicos culés, porque entienden que es un jugador pretendido por los clubs más poderosos económicamente y porque la entidad gala necesitará reforzar su delantera, ya que Cavani queda libre y no ha renovado, Icardi acaba su cesión, Mbbapé tiene ofertas y Neymar quiere dejar París con destino a Barcelona. Al combinado de Thomas Tuchel, por lo tanto, le urge cerrar refuerzos en su línea ofensiva.
Malas relaciones
En el Camp Nou también son conscientes de la animadversión que existe, desde hace años, entre las entidades y asumen que en Francia son muy conscientes de que su interés puede complicarle aún más la operación. El PSG también se entrometió el verano pasado en la operación con De Ligt, que finalmente acabó en la Juve.
Pese a esta situación, el Barcelona se aferra al deseo de Lautaro de vestir de azulgrana y de jugar junto a Leo Messi, como ha reconocido su agente en los últimos días. La presión que pueda hacer el delantero argentino es la mayor carta que tiene a su favor el equipo que dirige Quique Setién. El Barcelona confía, aunque está comprobando que no es fácil, en incorporar al delantero de 22 años, que este curso, con Antonio Conte, ha participado en 29 partidos y ha marcado 16 goles. (Marca)