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La luz al otro lado del túnel

Álvaro Hans Ugalde Beyer - Álvaro Ugalde Canedo

¿Cuál es la perspectiva económica de Bolivia, luego de un periodo de 14 años, caracterizada por grandes reservas de gas, la bonanza de precios de los hidrocarburos, y de las materias mineras y agrícolas, en un momento de enorme incertidumbre a raíz del nuevo derrumbe de los precios internacionales de todas nuestras materias primas de exportación?

¿Hay luz al otro lado del túnel?

ANTECEDENTES

Bolivia ha sido a través de su historia un país de economía primaria y extractivista, siendo la plata, la goma, el estaño, el oro, la soya, el zinc, y el gas las materias primas que han sostenido la balanza comercial del país y su relacionamiento con la economía internacional desde la fundación de la república.

Ante el agotamiento paulatino de las reservas de gas, y la baja de los precios del petróleo en el mercado internacional, con sus esperados efectos negativos en la balanza comercial, y por ende en el ahorro interno y las reservas monetarias, se ha buscado en el pasado reciente activar la economía boliviana a través de proyectos de supuesto gran impacto como el tren Bioceánico, el desarrollo de la agro industria y la ampliación de la frontera agrícola, la construcción de represas de “El Bala” y “Rositas”, fundiciones de zinc en Oruro y Potosí, desarrollo de la industria siderúrgica, y la explotación e industrialización del litio.

Mientras que las inversiones en la construcción del tren bioceánico han quedado en suspenso por la necesaria dependencia, de países como Perú y Brasil; la construcción de represas como El Bala y Rositas han recibido serios cuestionamientos ambientales por su negativo impacto ecológico y social, con preguntas no respondidas satisfactoriamente a la sociedad boliviana. El desarrollo de la agroindustria se encuentra en proceso, al igual que el desarrollo de la industria siderúrgica, que en el mediano plazo tendrá que resolver su viabilidad con la salida de Bolivia al océano Atlántico vía Puerto Busch. La hidrovía es también estratégica para el desarrollo agroindustrial.

Asimismo, la autoridad sectorial de turno olvidó incomprensiblemente en los últimos años la construcción y montaje de una refinería estratégica de zinc en el Departamento de Potosí, por cuya causa hoy en día la minería del zinc, mayor rubro del sector, se encuentra en un colapso dramático por la caída de precios de mercado y el incremento de los gastos de tratamiento (maquilas) en fundiciones de ultramar. Las refinerías, principalmente localizadas en la China continental, subieron en 12 meses abruptamente sus maquilas de US$ 85/ton a US$ 400/ton, mientras que los precios del zinc cayeron de US$ 3600/ton a US$ 1850/ton. Una refinería localizada en Bolivia habría mitigado la dramática caída de los precios del zinc, y generado un ahorro de US$ 200 millones de divisas para la economía nacional.

En cuanto a la explotación e industrialización del litio se hicieron esfuerzos en el pasado inmediato, con el desarrollo de tecnología local para la producción de carbonato e hidróxido de litio, la construcción de piscinas con una inversión inconclusa de US$ 800 millones, y la creación de una Empresa Pública Mixta (YLB-Acisa-EM), con una participación estatal del 51 % a través de YLB, y de la firma alemana ACI Systems Alemania GmbH con el 49%. Sin embargo, el DS No 3.738/2018 que creaba la referida empresa pública mixta fue abrogado, por gestión del Comité Cívico de Potosí, por inconsulto e impreciso y por no responder a los intereses del mencionado departamento y del país.

Ante la caída de producción del gas y de sus precios de venta, los proyectos de litio y de zinc son proyectos estratégicos del sector minero llamados a detener la inevitable caída de reservas monetarias, y el deterioro consecuente de la economía boliviana.

EL SECTOR MINERO Y SU

IMPORTANCIA EN LA ECONOMÍA

El sector minero metalúrgico ha participado en los últimos años con un 45 % de las exportaciones de Bolivia, seguido por el sector hidrocarburos con el 35 %, y los productos no tradicionales (Soya, Castaña, Quinua, Joyería y otros) 19 %. El 40 % de las exportaciones del sector minero proviene del Zinc, cuyo valor de ventas se aproxima US$ 1.500 millones por año.

Con la construcción y montaje de una refinería de zinc Bolivia con una inversión de US$ 500 millones, el Estado boliviano podría ahorrar US$ 200 millones de divisas anualmente, y al mismo tiempo permitir la sobrevivencia de la minería del zinc, hoy en día abrumada por los bajos precios y las elevadas maquilas.

Más aún, con la futura incorporación del litio a la producción minero-metalúrgica, las exportaciones pueden incrementarse, en US$ 800 millones, subiendo en los primeros 4 años desde US$ 4.100 millones a US$ 4.800 millones, subiendo la participación en las exportaciones del sector a un 54%. Ello requiere una eficiente gestión de las autoridades sectoriales y de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), la empresa estatal del litio.

Sin embargo, el tema del litio es de mayor significación, por su importancia estratégica para la industria automovilística mundial. En efecto, el mercado potencial para el uso del carbonato/hidróxido de litio constituye la sustitución de cerca de mil quinientos millones de vehículos a gasolina y diésel con motores a combustión interna (MCI) por vehículos eléctricos (híbridos convencionales, híbridos enchufables y completamente eléctricos) con baterías de litio, proveniente de diversas empresas que tienen acceso a los diferentes plantas y yacimientos del mundo (Salar de Atacama, Salar del Hombre Muerto, Salar de Olaroz, y minas de roca dura en Australia).

Esa sustitución puede también operar en Bolivia hacia el futuro, con la conversión de autos convencionales hacia autos eléctricos, como un aporte a la eliminación de subsidios a los carburantes.

Las baterías de litio a ser producidas deben tener una calidad técnica incuestionable que se integre a la exigente industria automovilística de vehículos eléctricos, lo cual requiere una asociación estratégica entre los productores de carbonato/hidróxido de litio, y los concurrentes en el mercado que tienen capacidad tecnológica para producir baterías de alta calidad y acceso al exigente mercado automotriz, que aseguren no solo la demanda de baterías producidas con el litio de Bolivia, sino también la participación boliviana en los beneficios económicos de la industrialización.

La participación de Bolivia en la industrialización del carbonato/hidróxido de litio (baterías) puede generar en una primera etapa, US$ 1.800 millones por año, y en años posteriores montos significativamente mayores.

La asociación estratégica debe estar condicionada a que la operación minero- metalúrgica sea manejada por bolivianos, con la asistencia técnica del socio estratégico, en tanto que la operación industrial de fabricación de baterías sea manejada por el socio estratégico, con la participación corporativa a través de YLB. Existen razones para suponer que Bolivia puede conseguir un potente socio estratégico, conectado con la industria automovilística de gran reputación, como con la gran banca internacional.

La participación del Departamento de Potosí debe ser una condición ineludible, tanto en el proceso de negociación, como en la estructuración de las empresas que hagan la explotación primaria como la industrialización.

Así mismo, el Estado Boliviano debe requerir al socio estratégico, un depósito en el Banco Central de US$ 5 mil millones, que garantice la inversión a desarrollarse, así como un paliativo para revertir la caída de las reservas monetarias del país, en un periodo especialmente crítico.

Este proyecto requiere de una acción decidida, con los mejores profesionales del país, por encima de eventos circunstanciales como las elecciones nacionales y subnacionales, y los problemas generados por la pandemia del Covid-19; para reunir a líderes cívicos, científicos bolivianos, autoridades sectoriales, profesionales vinculados con la industria automotriz del mundo y fondos de inversión, para lograr así un acuerdo beneficioso para la economía boliviana. El tiempo apremia y se debe actuar con diligencia.

LUZ AL OTRO LADO DEL TÚNEL

Sin duda, hay luz al otro lado del túnel, por lo que los bolivianos sin distinción de colores políticos, y despojando intereses corporativos, deben aunar esfuerzos para impulsar el desarrollo de la agroindustria, la construcción de fundiciones de zinc, y el desarrollo de la industria del litio. La caída acelerada de las reservas internacionales, y el previsible deterioro de nuestra balanza comercial exigen respuestas responsables y rápidas.

Al mismo tiempo, se debe diseñar e imprimir políticas públicas de largo plazo para el fomento a la inversión en el sector minero metalúrgico del oriente y occidente del país, vista su importancia en el economía de Bolivia.

Álvaro Hans Ugalde Beyer, es ingeniero Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, con maestría en Finanzas, y amplia experiencia profesional en Fondos de Inversión de Alemania y España.

Álvaro Ugalde Canedo, es economista de la UMSA, con maestría MPA de la Universidad de Harvard, Cambridge USA, y experiencia de más de 40 años en la industria minera de Bolivia.

 
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