Elecciones nacionales
La incertidumbre sobre las condiciones de salubridad en las que se encontrará el país el 2 de agosto, fecha prevista para la realización de los comicios, además de posibles restricciones para los vuelos internacionales, han puesto en suspenso la llegada a Bolivia de las distintas misiones de observación electoral.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, dijo durante un reciente evento de la Organización de Estados Americanos (OEA) que uno de los riesgos de la realización de las elecciones generales durante la crisis del coronavirus es que no se puede garantizar la presencia de observadores internacionales, por lo que se debe considerar un plan de contingencia para el desarrollo de estas tareas.
Los resultados del trabajo la misión de observación de la OEA fueron determinantes para la anulación de las elecciones del año pasado debido a que afirmaron que se había producido fraude.
“Dependemos de factores que no están en nuestras manos para la llegada de las misiones de observación, como las condiciones de salubridad en las que se encuentre el país en ese momento por efectos de la pandemia, como también de las condiciones del tráfico aéreo que imperen en ese momento”, dijo.
Incluso si hubiera vuelos internacionales, es posible que muchos observadores preferirán no viajar a ningún mientras se mantenga la emergencia sanitaria.
Romero agregó que “la observación electoral local es mucho más sencilla de realizar ya que puede ser llevada a cabo por personas que viven en el territorio boliviano y que tienen que votar, por lo que eso facilita las cosas”.
Durante los últimos años, varias misiones internacionales, especialmente de la OEA y la Unión Europea, han observado in situ la realización de las elecciones bolivianas, desde la fase preparatoria, que comprende la adecuación de la logística necesaria para que todo se realice con normalidad y transparencia durante el día de la votación, hasta la fase final, que concluye con la entrega de los resultados y la declaratoria de un ganador.
A partir de la anulación de las elecciones del año pasado, la Asamblea Plurinacional promulgó la semana pasada una ley que ordena la realización de esos comicios en un plazo de 90 días después de la fecha original, el mismo que vence el 2 de agosto próximo.
El embajador de Bolivia ante la OEA, Jaime Aparicio, quien coordina la llegada de la eventual misión de observadores de ese organismo al país para los próximos comicios, ha criticado que la Asamblea Legislativa hubiera aprobado una fecha en la que la pandemia pueda seguir afectando a la salud de los bolivianos.
“No van a llegar las misiones de observación de la OEA ni de la Unión Europea si no existe un ambiente de seguridad sanitaria que garantice a los observadores las condiciones mínimas para el cuidado de su salud. Eso es algo que tampoco se ha tomado en cuenta para adelantar las elecciones como ha hecho la Asamblea con base en criterios políticos antes que científicos o técnicos”, señaló.
Entrevistado por Brújula Digital, Aparicio advirtió además que otro de los riesgos que amenazan a la realización de las elecciones en el tiempo fijado por la Asamblea es que existe la posibilidad de que algunos de los países en los que los bolivianos residentes emiten su voto sigan manteniendo restricciones de aislamiento social, lo que perjudicaría la organización de esos comicios.
“Todo indica que hasta septiembre Argentina no va a permitir las aglomeraciones ni la reunión de grupos de personas, lo cual va a impedir que los compatriotas que viven allá vayan a votar. En Washington la apertura va a ser muy gradual y no creo que se pueda llevar a cabo la votación, lo mismo en España. La ley de postergación de las elecciones del MAS no ha tomado en cuenta todos estos aspectos”, dijo.
La misión de observación electoral de la OEA en Bolivia en 2020, que fue presidida por el excanciller de Costa Rica, Manuel González, y que desplegó 92 profesionales a los nueve departamentos del país, dejó una serie de recomendaciones para la realización de los nuevos comicios generales, como la implementación de seguridad tecnológica en todo el proceso, así como el fortalecimiento institucional del TSE. (Brújula Digital)