En medio de esta pandemia, más uno se arrepintió de haber decidido vivir en departamentos, ya que realmente vivieron un total “encarcelamiento” entre cuatro límites de superficie y en algunos casos con niños encima, sin muchas opciones de recrearse siquiera en el balcón y llegaron a la ventana para ver el vértigo de la edificación.
El centro urbano se convirtió en el aislamiento perfecto para no salir siquiera a la esquina, traumados por el contagio y en cierro, hubiesen preferido pasar más en el campo.
Admito que es muy pronto como para hacer balance de la caída del PIB, pero afectará a la inamovilidad social y personal, la bajada del comercio y el descenso en los precios en el sector inmobiliario. Además, la quiebra y las dificultades de constructoras, agentes a causa de la crisis y paralización en la actividad económica producidas por la pandemia, incidirán en el mercado de viviendas de nuevas construcciones a futuro y en el mejor de los casos tardará en reponerse antes de confiar en el mercado y será mejor cobrar dineros pendientes de obras al estado que también las tienen congeladas con el impago a las constructoras, ahogando aún más al rubro.
¿HASTA CUÁNDO?
Nada está claro con la enfermedad y tampoco se tiene la receta a la nueva normalidad o quizás volver a algo parecido antes de la enfermedad, cuando podíamos aglomerar a muchas personas y que ahora es prohibido, aunque algunos abusan de esa libertad.
EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD
Se puede avizorar que las nuevas tendencias en las compras y alquileres, anticréticos es muy previsible que se incremente la demanda de viviendas en las afueras de las ciudades o finalmente en el campo con espacios más verdes o cabañas.
Desde que esta crisis y producto de ella se legalizó en el país el teletrabajo y es un hecho que se genere muchos movimientos en la habitual vivienda urbana, lo que hará vivir menos en estos entornos y buscar algo más rural o afuera de la ciudad por los espacios.
SECTOR INMOBILIARIO
El sector de bienes inmuebles tendrá que buscar nuevos retos y otros mercados, pues el coronavirus chino y sus funestos resultados en los hábitos sociales direccionan a nuevas necesidades en compradores e inquilinos, anticresistas en busca de vivienda, estos últimos se complican más, si es alto el alquiler, casi está obligado a bajar el precio mensual, caso contrario se quedará sin interesados. Mientras que en el segundo hay que poner en duda el retorno del dinero del anticrético o quizás terminen diciéndole de manera sinvergüenza busque otra persona que desee el ambiente si quiere que le devuelva el dinero.
COMPRAS EN ONLINE
Debido al aumento de las compras y consultas en online, la enfermedad china generó cierta vigencia en el sector logístico, y que se mantendrá más allá de la desescalada y como posibilidad para las agentes, puede ser una oportunidad de inversión dentro de la misma crisis social que se vive.
Sin embargo, los medios impresos no perdieron su vigencia, pues los periódicos generan mayor seguridad en las ventas o compras, alquileres o anticréticos, lo que implica que desconfían de las redes sociales.
AGENTES
Aunque nadie desea comprar casas teniendo como intermediarios a los agentes de venta, pues la manera de comprar y vender casas o bienes inmuebles a través de agencias cambiará.
Estos grupos inmobiliarios por lo general buscan acercarse al cliente por todos los medios disponibles como: anuncios, vallas, teléfono, redes sociales y será necesario acompañarlos a los clientes en fases del proceso de compra de una vivienda.
Ya está presente en el medio boliviano, la digitalización de este mercado, mediante visitas virtuales a los inmuebles con realidad aumentada en las redes sociales. Y lo que menos se verá son las visitas físicas a los inmuebles por las medidas higiénicas y de prevención.
CONSTRUCCION CON CAMBIOS
Tanto el diseño y la construcción de viviendas tiende a cambiar tras la pandemia china, quizás, intentando priorizar la prevención, minimizando el contacto con superficies adecuadas en el emplazamiento de la vivienda, se intensificará más el uso de la luz natural, jardines, los espacios de teletrabajo, balcones, terrazas.
Mientras no exista una vacuna efectiva para eliminar el coronavirus y haya rebrotes o aparezca nuevas enfermedades, esta experiencia habría que capitalizarla para las futuras generaciones.
En este tiempo “muerto” habría que promover el uso de la bicicleta por rutas específicas para los desplazamientos como hace el municipio paceño actualmente e incluso experimentar con coches eléctricos para evitar la polución en los centros urbanos.