A ciencia cierta, en este momento en Bolivia nadie podría predecir de cómo afectará la cuarentena de la enfermedad del coronavirus chino, debido a que nunca nos había pasado este tipo de situaciones y lo único cierto es que la paralización de obras, ventas de bienes inmuebles, sea cual fuese, ya tienen pérdidas, pues el movimiento quedó “congelado” en estos últimos cuatro meses y seguirá al parecer.
Es posible proyectar las tendencias de compra y venta de casas, departamentos, terrenos, revender casas, pues estas cayeron estrepitosamente. El trajín fue cero y recién desde la cuarentena flexible existe movimiento de ventas, al parecer el pago al contando no da resultado, pues un buen sector opta por dar a crédito con préstamos bancario, con “bajos” pagos mensuales bancarios y es lo que se puede advertir.
Esta enfermedad también indispuso los negocios de la construcción y efectivamente se paralizó la demanda de viviendas, ni siquiera verlas por el alto riesgo que compromete para la salud y en este caso tan particular le pueden dibujar, mostrar la maqueta, diseño, pero es de observarla en el lugar de la construcción físicamente.
La caída del interés por la compra de vivienda es una de las primeras manifestaciones que se observan en el movimiento inmobiliario de las principales ciudades del país.
En este momento, la curiosidad rebasa la imaginación, debido a que gran parte de las redes ofrecen algunas construcciones, especialmente de departamentos, provocando esa curiosidad de saber el precio, si bajó o no el precio.
Entonces que hacer, plantarse en precios o ir bajando de manera paulatina hasta acomodarse a los requerimientos económicos del cliente. Mientras otro sector mantiene sus precios y otros suben, aunque el cliente o comprador espera que baje el precio de los inmuebles
Rosario es agente de ventas de bienes inmuebles y afirma que “Existe una paralización en el número de llamadas contacto y correos de compradores, ante un crecimiento marcado de contagios que estamos teniendo”.
Rememora que el comportamiento de bajada de compras de bienes, vino desde octubre del pasado año, cuando con las refriegas de civiles en contra del anterior gobierno “ya veníamos observando desde comienzos de octubre, aunque en menor intensidad y con el temor a que lleguen tiempos complicados para la economía y desde ese tiempo estamos en que es mejor esperar las ofertas de rebajas que podrían llegar al mercado por el poco movimiento del rubro”, asevera.
Paralelo a eso, habrá una tendencia menor a préstamos hipotecarios en los bancos por la inestabilidad de trabajo y cuyos ingresos bajarán, ya que las deudas se acumularon en los sectores económicos, porque bajó las compraventas hasta que seguramente finalice la enfermedad o sea despeja con una vacuna y quizás después podría mostrar niveles sostenibles.
Prueba de ello, es que los deudores ante los bancos tuvieron que ser congelados durante algunos meses sin interés, pero que de igual manera se debe pagar tarde o temprano.
Una de las medidas del gobierno es haber puesto en marcha la moratoria en los pagos de préstamos de viviendas habituales para aquellos deudores que se encuentren en situación de vulnerabilidad como consecuencia del coronavirus entre otros.
Los más afectados por la congelación de la economía son el comercio pequeño, así como los ciudadanos con escasos recursos que fueron sostenidos con bonos directos por parte del gobierno, aunque en resumen, afectó a los diferentes sectores.
ALQUILERES
Habrá cambios de comportamiento en el mercado del alquiler, anticrético, ni pensar en el mixto que virtualmente desaparecerá por la iliquidez. Probablemente el alquiler y anticrético, que estaban por las nubes, ahora podrían bajar, aunque el alquiler ya fue fijado en una rebaja de un 50% para aquellos que no perciben salario fijo.
Este sector de dueños de casa que dan en alquiler sus ambientes, ya fueron afectados en medio de no perder las rentas pasadas que estuvieron en mora y como dicen es mejor recibir y bajar a quedarse sin ingresos, dadas las circunstancias.
Mejor ni hablar del alquiler de hoteles, alojamientos, residenciales que llegan a cuenta gotas y en el peor de los casos tuvieron que bajar sus precios de expectativa, aunque de igual manera están vacías, ya que los visitantes o la gente no se mueve de un departamento a otro, excepto por algo urgente.
Ni hablar del alquiler turístico que está en cero, pues las infraestructuras dejaron desocupadas a varias personas como en la mayoría de las actividades. También será evidente que la inversión en el sector inmobiliario, especialmente en construcciones será austera por un buen tiempo.
El exagerado celo de constructores y empresarios provoca no contar con estadísticas serias, pero en concreto, la pandemia china disminuyó el movimiento inmobiliario boliviano, y no cabe la menor duda.
Pues lo que se quedaron a medio construir antes de la pandemia, deben seguir y no tienen otra opción, porque ya los involucraron en la situación y quienes venden solo les queda esperar por si alguien caiga con los precios que dicen de mantener o rebajar, aunque si de consuelo sirve existe un sector cautivo oculto que desea invertir y son de los menos.