Daniel Navajas Orellana
Estamos de acuerdo con que salir de la pandemia de COVID-19 no será fácil. Tendrá un impacto mucho más profundo de lo que creemos, en la forma en que operará la industria del transporte aéreo en el futuro, del que tuvieron en los pasados años.
Es lógico, no se puede predecir el futuro, pero vemos tres pilares claves que darán vida y forma a la “nueva normalidad” de la industria. En este sentido, las líneas aéreas están trabajando, junto con los administradores de aeropuertos y los gobiernos, para dar sentido a los cambios y comenzar el largo viaje hacia la recuperación.
Los países van cambiando las características de sus fronteras cerrándolas, o incluyendo nuevas restricciones y todo de acuerdo con el resultado que produce la enfermedad en sus territorios y en los países vecinos.
En las últimas semanas, muchos países lucharon para detener la propagación de la pandemia y mantener a sus ciudadanos seguros, realizando un esfuerzo concertado y global para contener el movimiento de personas, y los países han limitado o restringido totalmente el viaje de las personas.
El impacto de COVID-19 en la aviación será muy largo y complejo. La recuperación también será larga y cambiará la forma en que viajamos, como ha ocurrido después de grandes conmociones en el pasado, como, por ejemplo, los ataques del 11 de septiembre de 2001 en los Estado Unidos, que en ese caso resultaron en un aumento de los controles de seguridad.
Ya no podemos considerar volver a un entorno operativo normal o como el que vivimos. Nuestro entorno y la industria aeronáutica, desde luego, se encaminan a una “nueva normalidad” que, para todos, tiene el objetivo principal de mantener a salvo al público y en este caso a los pasajeros.
Estamos iniciando todo de nuevo, por eso surgen preguntas que las líneas aéreas, aeropuertos y gobiernos deberán ver la manera de contestarlas y solucionar problemas. Anotamos algunas, aunque, desde luego, hay muchas otras más.
¿Podrían las aerolíneas reducir sus flotas para manejar una contracción de la demanda?
¿Cómo pueden las aerolíneas y los aeropuertos utilizar sus activos para ser más efectivos, y aun así dar bioseguridad a sus pasajeros y usuarios?
¿Agregará la industria aeronáutica el concepto de “salud” como un requisito principal en las consideraciones para viajar?
¿Adoptarán los gobiernos un nuevo enfoque, quizás más rígido, para reabrir y administrar sus fronteras?
¿Buscarán los gobiernos nuevas formas de controlar la salud de los pasajeros que cruzan la frontera?
¿Se verá cambios en los viajes de placer a medida que las empresas cambien a soluciones digitales para conectarse con sus clientes y empleados?
Como se puede notar, muchas cosas cambiarán y dependerá de los actores principales de la industria aeronáutica llegar a la “nueva normalidad”, las respuestas y acciones no deben hacerse esperar, pues el impacto económico ya es muy fuerte.
El autor es Master en diseño y gestión de aeropuertos.
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