Parece imprescindible recordar a la colectividad, y dentro de ella a los políticos y sus grupos de apoyo, que la nación en toda actividad de la vida requiere de sus hijos conciencia de país y vocación de servicio; pero hay que lamentar que estos mensajes de algunos medios de comunicación e instituciones caen en el vacío porque poco o nada se hace caso y más se da curso a los intereses y conveniencias sectarias. Las experiencias recogidas por la colectividad muestran efectivamente que los partidos políticos tienen por norte sus intereses y que el país es el medio para hacerlos efectivos. Esta es la realidad que ha primado en muchas campañas electorales que, aunque no dichas, han sido propaladas con los hechos por los candidatos y sus seguidores.
Las campañas en la anterior justa electoralista con miras a las elecciones de octubre 20l9 han mostrado cuánto importa “el partido” y cuán poco o nada el país, y así lo mostró el propio candidato masista que conjuntamente su acompañante y ministros del régimen hacían propaganda y publicidad mediante todos los medios y, muy especialmente, por sistemas alternativos. Poco o nada se habló sobre las urgencias y necesidades nacionales porque se trataba de convencer a quienes “podían desanimarse y evitar el voto a su favor”, según rezaba la publicidad.
Esos procedimientos eran también parte de las campañas de la oposición que, sin dinero ni medios como los que ostentaba el candidato masista, estaban ausentes mediante programas de gobierno y tampoco hacían referencia mayor a las urgencias del país y que estaban en los calendarios del oficialismo, aunque sin perspectiva alguna porque tampoco contaba con un programa coherente y factible. Todas las campañas electorales han mostrado una realidad: el partido es el importante, el país es el mejor medio para el logro de lo que se desea; este extremo aunque no dicho se cumplió en los hechos.
Ahora, pese a la grave crisis que se tiene con la presencia del coronavirus, hay aprestos para tener elecciones en algún tiempo; pero, de igual manera, no hay inquietud por preocuparse por lo que es el país, sus necesidades y urgencias; tampoco se dice algo en relación con lo que haya que encarar con urgencia y casi todo se circunscribe a criticar al gobierno o para exigirle que combata al virus y hasta se le enrostra que “extraña que de inicio no haya adoptado medidas más prácticas contra la pandemia”, como si ella ya hubiese estado presente con la debida anticipación.
Como el masismo se encuentra en campaña en contra del gobierno, parecería que los demás partidos deberían imitarlo cometiendo los mismos desaciertos y haciendo críticas por una situación que el régimen no creó y que, además, afecta a casi la mayoría de los países del mundo. Estas son realidades que el pueblo ve y lamenta que no haya un mínimo de ecuanimidad en juzgar los hechos y aun sabiendo los extremos a que llegó el anterior gobierno, queda la sensación de que recibe apoyo de quienes lo condenaron en el inmediato pasado.
Los comportamientos de la política partidista dan a la comunidad la certeza de que, una vez más, no hay intención ni muestras de conciencia de país y vocación de servicio; queda la impresión, populista y demagógica, de que importa mucho el candidato y su entorno conjuntamente el partido; lo demás parece secundario o, como siempre, resulta ser un medio, y no un fin. Lamentablemente, los candidatos están obnubilados y parecen poco dispuestos a reconocer sus propias culpas y actuar bajo una sola consigna: el país debe estar antes, mucho antes, que el partido y sus integrantes; de otro modo, se repiten errores pasados y se frustran las expectativas y esperanzas de la colectividad que siempre espera, como pueblo, que se entienda y tome conciencia de que lo importante es el país y poco, muy poco, interesa el sectarismo que con sus hechos demuestra casi siempre lo contrario a lo que pregonan los partidos políticos de la tendencia que sean, cambien y tengan presente que el ciudadano no siempre está “despistado” y tiene conocimiento de la calidad de cada grupo partidista y en su momento elegirá a quien convenga, según mande su conciencia.
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