Cuando vuelvas...

Una reflexión para Bruno

Cuando vuelvas al lugar de tu partida, nada será lo mismo, habrá cambiado todo; hasta ese camino que recorrías, a diario, donde las personas que veías día a día, estaban en esa calle, y con una tierna sonrisa te decían “buenos días”, porque entendían que tú seguías siendo parte de su quehacer diario, y que tú eras importante para ellos, porque estaban convencidos de que eras parte de ellos.

Cuando vuelvas, verás que todo es diferente, ya no verás la sonrisa tierna e inocente de los que tú dejaste, verás ahora dolor, pena y hasta odio; tratarás de entender por qué... Se fue la alegría de la calle, del barrio, de la gente amiga qué sonreía cuando la veías en tu caminar diario.

Cuando vuelvas, muchas de ellas ya no estarán, ¿partieron?, ¿dónde?, preguntarás tal vez, pero solo tendrás como respuesta un silencio lúgubre con sabor a cementerio, es cierto, has cambiado, la gente te mira con cara de ausencia, con cara de extraño, y vendrá a tu mente esa estúpida pregunta, ¿habré cambiado tanto que nadie me quiere reconocer siquiera?

Cuando vuelvas encontrarás al perro callejero de barrio que volverá a batir el rabo, porque para él seguirás siendo el amigo de siempre, y ahí comprenderás qué tan equivocado estás, porqué tú ¡sí has cambiado!

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