Kristalina Georgieva
Tras el paso de la pandemia, un artículo de Kristalina Georgieva, en el blog del Fondo Monetario Internacional (FMI), señala que una vez que pase la emergencia sanitaria serán vitales nuevas medidas, en materia de política económica, necesarias para reactivar la economía.
En el artículo titulado “La próxima fase de la crisis: Se necesitan nuevas medidas para una recuperación resiliente”, Georgieva señala que se ingresó en una nueva fase de la crisis, una fase que exige nuevas medidas y más agilidad en las políticas para asegurar una recuperación duradera y compartida.
El mes pasado, el FMI anunció un deterioro de las perspectivas económicas y proyectó que el crecimiento mundial se contraería un 4,9 % este año. Una noticia algo alentadora es que la actividad económica mundial, que registró un descenso sin precedentes a comienzos de este año, ha comenzado a fortalecerse de manera gradual.
Se prevé que la recuperación parcial continúe en 2021. Las medidas excepcionales adoptadas por muchos países, incluidos los del G20 —con medidas fiscales de aproximadamente 11 billones de dólares e inyecciones masivas de liquidez por parte de los bancos centrales—, frenaron la caída de la economía mundial. No debe subestimarse este extraordinario esfuerzo.
Pero todavía no estamos fuera de peligro. Una segunda oleada mundial de la enfermedad podría perturbar nuevamente la actividad económica. Entre otros riesgos están las valoraciones sobredimensionadas de los activos, la volatilidad de los precios de las materias primas, el aumento del proteccionismo y la inestabilidad política.
Por el lado positivo, los avances médicos en vacunas y tratamientos podrían dar un impulso a la confianza y la actividad económica. Estos escenarios alternativos dejan ver claramente que persisten los niveles sumamente elevados de incertidumbre.
El economista y experto en logística de exportaciones e importaciones, David Ramírez, señaló que puede dinamizar la economía la industria farmacéutica, y ayudar a la normalidad de las actividades, en el conservatorio titulado: “Logística de Importación de Medicamentos en Tiempos de Covid-19”, organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), realizado ayer.
Es así que la demanda de medicamentos o insumos para las pruebas rápidas para el Covid-19 aumenta, y las industrias del sector se les hace difícil cumplir con los pedidos, pero no sólo este sector, sino los fabricantes de equipos médicos también son requeridos.
Cicatrices
Entre tanto, el artículo afirma que en muchos países, la crisis dejará cicatrices económicas muy profundas. Los graves trastornos en el mercado laboral son una preocupación importante.
En algunas naciones se han perdido más empleos en marzo y abril que los que se han creado desde el final de la crisis financiera mundial.
Los cierres de los colegios también incidieron en la capacidad de la gente, en particular las mujeres, de participar en el mercado de trabajo. Afortunadamente algunos empleos se han recuperado desde entonces, pero la proporción de la población en edad laboral que está empleada es mucho menor que a comienzos de 2020.
Además, es probable que el impacto en el mercado laboral tenga un alcance mucho mayor, ya que muchas de las personas que están empleadas están trabajando menos horas.
Las quiebras también son cada vez más habituales a medida que las empresas agotan sus reservas de liquidez.
Y el capital humano también está en riesgo: la educación de más de 1.000 millones de alumnos en 162 países se ha visto interrumpida.
La cuestión de fondo es que la pandemia probablemente incrementará la pobreza y la desigualdad, lo que una vez más dejaría dolorosamente al descubierto las deficiencias de los sistemas sanitarios, la precariedad del empleo y las difíciles perspectivas a las que se enfrentan los jóvenes para poder acceder a las oportunidades que tanto necesitan.
Para que la recuperación sea más inclusiva y resiliente, debemos actuar en dos esferas fundamentales: 1) políticas nacionales y 2) esfuerzos colectivos.
Sostiene que proteger a las personas y los trabajadores son vitales, apoyar a las empresas también, mantener la estabilidad financiera y el apoyo de la cooperación internacional es vital para minimizar la duración de la crisis y asegurar una recuperación resiliente.