Salud visual
La contaminación ambiental generada por humo de tabaco, quemas y otros elementos nocivos irritan los ojos, causando sequedad y escozor.
Siempre hay una razón detrás de cada ojo rojo, expresa el médico Fernando Álvarez. El humo del cigarro o de los denominados ‘chaqueos’, además del smog son algunas causas directas y muy comunes de la irritación y enrojecimiento ocular, según explica el experto, quien brinda recomendaciones básicas para contrarrestar las molestias.
“El humo provoca que la fina capa de protección de nuestros ojos se deteriore, lo que deriva en sequedad, irritación y enrojecimiento. Por ello, es muy importante que estos órganos estén bien lubricados y protegidos de los agentes exteriores”, recomienda Álvarez.
El Asesor Científico de Inti puntualiza que el parpadeo proporciona la humedad que los ojos necesitan, por ello, a lo largo del día el ser humano realiza esta acción un promedio de 12 mil veces. Sin embargo, cuando hay exposición al humo, los órganos visuales se secan y necesitan otro tipo de lubricantes que contengan hipromelosa y hialuronato; éstos ayudan a reestablecer la calidad de la película lagrimal y prolongan el tiempo de acción humectante en el ojo.
Efectos del humo en los ojos
El humo contiene partículas finas de dióxido de nitrógeno que aceleran el endurecimiento de las arterias, irritan los ojos y generan una reacción inflamatoria conjuntival. “Es como una conjuntivitis, alérgica o tóxica, pero con pocos síntomas y genera irritación, lagrimeo y ojo rojo. Ese tipo de molestias llevan a que la persona, inconscientemente, se toque o frote el párpado con frecuencia, llevando e introduciendo bacterias. Así se dan los cuadros de conjuntivitis infecciosa que, si bien son leves, ocurren”, explica el especialista.
¿Cómo aliviar el malestar?
Cuando el humo entra en contacto con los ojos se pueden tomar algunas medidas para aliviar los efectos adversos:
• Limpieza con agua: inmediatamente después de estar expuestos al humo, el paciente debe lavarse los ojos para aliviar la irritación.
• Uso de lágrimas artificiales: ayudan a humedecer y lubricar los ojos, además de eliminar los agentes extraños o residuos. Álvarez recomienda Dacrisec o Dacriblanc, que se pueden aplicar tres a cuatro veces por día, según indique el oftalmólogo.
• Enfriamiento de ojos: se puede guardar el frasco de lágrimas artificiales en el refrigerador, o colocar una compresa fría sobre los ojos cerrados.
• Uso de gafas de protección: evitan que el humo penetre en los ojos cuando la persona está en espacios abiertos. Sin embargo, también es posible usar anteojos de corrección en lugares cerrados.
• Mejorar el aire: cuando el paciente está en interiores, puede utilizar filtros o humidificadores para reducir los agentes nocivos en los ojos.
“La irritación ocular, el enrojecimiento y el picor son síntomas que suelen desaparecer al cabo de pocos días. Si tras una semana, éstos no desaparecen, es necesario acudir al especialista para que realice una valoración oftalmológica”, recomienda Fernando Álvarez.