Publicidad

    



[Severo Cruz]

El gas nuestro de cada día


“Bolivia país de contactos y no de antagonismos”, afirmó, en la década de los 30, el canciller Luis Fernando Guachalla. La exportación del gas natural, al mercado no sólo regional sino más allí del continente sudamericano, nos hubiera permitido cumplir con ese presagio. Pero no fue posible.

“Si vendíamos el gas -que ya no podemos vender a EEUU-, era por qué puerto saldría; y cuando se mencionó la posibilidad de que fuese por un puerto chileno, una gran parte de los bolivianos dijo: No queremos que vaya por ahí, porque tenemos algo pendiente con Chile, y antes de favorecer a un área determinada de ese país, queremos que Chile reivindique a Bolivia y le devuelva la soberanía marítima”, recordó, hace 16 años, el presidente Carlos D. Mesa Gisbert.

En consecuencia: teníamos una de las grandes reservas de gas, bien cotizado, muy requerido y con histórica proyección. Por ello Bolivia estuvo considerada como el epicentro de la integración energética. Es decir, Bolivia de los contactos, en el propósito de sumar y no restar, de multiplicar y no dividir. Con una increíble capacidad para abarcar mercados de otros países con numerosa población. Bolivia ocupaba el segundo lugar, después de Venezuela, en temas de reserva en Sudamérica.

El “milagro boliviano” se hizo patente gracias a los, aproximadamente, 60 trillones de pies cúbicos de gas natural, corroborados a inicios del presente siglo. Principal producto de exportación y fuente de ingresos hoy como ayer. Luego de la caída de precios de los minerales, como el estaño, en el mercado internacional.

El “milagro boliviano” surgió en un contexto de bonanza económica, por los altos precios de aquel producto. Acá no hubo un “genio”, en números, que haya hecho milagros. Hemos vivido tiempos con lluvias de billetes verdes, con sabor a recursos energéticos. Con dinero se podía y se puede hacer “milagros”. Sin dinero es muy difícil.

La exportación de gas a la Argentina y Brasil nos ha permitido inyectar cuantiosos recursos al erario nacional en los últimos años. Vivíamos en jauja y no supimos aprovechar esa situación que generó el millonario negocio del Siglo XXI, para eliminar la pobreza, enraizada particularmente en los sectores populares, que viven ahora pendientes del bono social de 1.000 bolivianos, ofrecido por el Gobierno entrante. Nuestro gas debería ser usado con espíritu de solidaridad, para servir a estos sectores que ratificaron, nuevamente, su respaldo electoral al candidato presidencial azul. Lamentablemente, no fue así.

Las canchitas no han contribuido a reducir ese flagelo social que tiende a profundizarse ahora, como efecto del coronavirus, que ha provocado cuarentenas y otras medidas preventivas. Tampoco se ha intentado mitigar la desocupación, creando nuevos empleos, particularmente para los jóvenes, a fin de que tengan mejores condiciones de vida.

En suma: Bolivia, hoy con diagnóstico reservado, en materia económica requiere del esfuerzo mancomunado, para enfrentar una situación tan deteriorada.

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (780 Kb)      |      



Caricatura

 
Publicidad